El poder, visto literalmente puede ser definido como un espíritu en movimiento constante y perenne. De ahí, que al personificar el poder, siempre está latente el ¿hasta cuándo durará la bonanza?
En efecto, como el poder pasa de una persona a otra así mismo sucede en el territorio. De repente, en apariencia, a una comunidad le toca tener entre sus hijos varios personajes cargados de poder. Es como si se hiciera una distribución desigual de las cuotas en el gobierno de la nación.
El Poder es en esencia, una construcción histórica que cruza por el control económico, político y social mediante un acuerdo entre las partes. De modo, que cuando una persona asciende a una posición de poder se trata más bien del ascenso de una clase social, de un grupo económico o de un grupo político. En la mayoría de los casos se produce una mezcla entre los diferentes sectores, por esto las famosas alianzas de hoy día.
¿A cuenta de qué viene esta perorata?
Hace unos meses el Presidente Danilo Medina Sánchez designó a Winston Santos como Ministro de Trabajo, en sustitución de Francisco Domínguez Brito. Para muchos, la designación resultó sorpresiva, para quienes conocen a fondo al nuevo ministro están confiados plenamente en que Santos hará una gestión ejemplar.
Más reciente aún, el Ministro de Educación, Andrés Navarro renunció a sus funciones ministeriales y en su lugar el mandatario nombró a Antonio Peña Mirabal. Aunque Peña Mirabal, al momento de su designación gozaba de mayor popularidad debido al excelente trabajo como director de PROMESES/CAL fue igual de sorprendente su designación como Ministro de Educación.
Bella Vista, Santiago
La barriada de Bella Vista, ubicada al suroeste de la ciudad de Santiago, al otro lado del rio es una comunidad cuyos habitantes son de origen humilde. En 1990, cuando el poder inició el proceso de mudarse de cama era imposible pensar que del barrio Bella Vista saldrían dirigentes a ocupar posiciones en las altas esferas del poder político.
Contar con líderes de relieve nacional era una especie en extinción en Bella Vista. De hecho, muy pocos vecinos de la barriada recordaran que tiempo atrás, Viñas Román era oriundo de esta comunidad y fue Secretario de Estado (Ministro) de las Fuerzas Armadas. Él, había vivido en la calle Emilio Prud’Homme de Bella Vista.
Más en la memoria de los lugareños, está la figura egregia de Don Virgilio Mainardi Reyna que fue síndico (alcalde) del municipio de Santiago de los Caballeros y un luchador anti trujillista. En las inmediaciones del Club Caza y Pesca, vivió el expresidente de la República Salvador Jorge Blanco quien además fue uno de los dirigentes históricos del Partido Revolucionario Dominicano.
De manera, que el barrio de Bella Vista sirvió de cama a una parte de la cúpula del Poder en el pasado. Después que el Poder se mudó de Bella Vista, la gente que aquí vive continuó formándose y luchando por recuperar su espacio.
Hoy, Bella Vista está regresando a su rol de servicio público desde las altas esferas con líderes y dirigente de temple y calibre sincrónico. Muestra suficiente, las tenemos hoy en las personas de los ministros Winston Santos y Antonio Peña Mirabal de Trabajo y Educación respectivamente.
Cuando conversé hace unos días con Antonio me sentí incomodo al decirle señor ministro, lo mismo sucedió al hablar con Winston vía telefónica, esto así porque ellos siempre han sido Winston, Antonio y Julio Cesar. Valga recordar, que el senador de Santiago es Julio Cesar Valentín, mismo que fungió como presidente de la Cámara de Diputados durante cuatro años, es nativo de Bella Vista.
Durante años, Winston, Antonio y Julio Cesar fueron los compañeros de andanzas en las luchas barriales reclamando diferentes reivindicaciones para las comunidades. Yo, que estuve ahí con ellos asumo la responsabilidad que hoy pesa sobre sus hombros. Testigos de las andanzas de Winston, Antonio y Julio Cesar son los amigos Henry Santos (hermano de Winston) y Leandro Salomón Martínez Veras.
Bella Vista, el barrio popular de Santiago está esperanzado en sus hijos meritorios que hoy tienen el Poder, quienes anduvimos con ellos también.