PLANA
“Los tiempos han cambiado”, esa frase se oye sobre todo de boca de personas de “cierta” edad. Esas son las mismas personas que han podido vivir y comprobar los cambios sucedidos a través del tiempo.
La introducción viene a cuento porque se piensa que “la plana” que se tratará aquí ha caído en el olvido. Este olvido es producto de la falta de recurso a la plana.
Para que quede claro desde el principio, no se trata de la plana de los albañiles, sino de la que se ponía a algunos alumnos, a veces como una medida de disciplina o, más bien, de castigo. Puede mencionarse aquí que hace años los maestros podían infligir castigos físicos. No hay que sorprenderse que se dijera, “la letra entra con sangre”. Por suerte esos son tiempos superados ya.
Se piensa que esta plana merece un lugar en los diccionarios de español dominicano
El nombre del título de esta sección se presume que proviene de que se hacía o escribía sobre una superficie plana que no era otra cosa que una hoja de papel. En muchas ocasiones esa plana consistía en escribir una palabra u oración muchas veces, hasta llenar la hoja (plana).
Los diccionarios de español reconocen el sustantivo femenino “plana” en tanto cada una de las dos caras de una hoja de papel. Esto es incontrovertible, pero la plana dominicana, como se explicó más arriba era algo más que eso.
La plana dominicana había que realizarla escribiendo a mano. A veces consistía en escribir una palabra o una oración tantas veces como cupiera en la hoja de papel. O una cantidad grande de veces.
En algunas ocasiones esta plana había que escribirlas en el recreo o, después de la hora de salida. En otras ocasiones era obligatorio hacerla en la casa.
Se piensa que esta plana merece un lugar en los diccionarios de español dominicano. Esto así a pesar de que ya no exista la plana por ser un recurso anticuado y contraproducente de acuerdo con los modernos métodos de pedagogía.
A REBATO – ARREBATO
“. . .A tocar ARREBATO”.
La palabra rebato tiene historia que merece ser contada. Es historia antigua. Los medios modernos de comunicación dejaron atrás los toques a rebato. Toda relación entre este tipo de toque y los acontecimientos modernos ha desaparecido. Hasta el instrumento que se usó para el toque ha ido desapareciendo y, en los casos en que se conserva es más bien un artículo de decoración para el recuerdo. Basta de rodeos. Sin arrebatos se llegará hasta el final.
La locución verbal “tocar a rebato” existe en la lengua desde el siglo XV. En la época en que los pueblos eran sometidos a ataques repentinos las campanas de las iglesias, o de la iglesia, eran tocadas para avisar del peligro. Consistía en tocar aprisa las campanas para que los habitantes se prepararan para la defensa. Se usó mucho en España en la costa del Mediterráneo ante los desembarcos de los berberiscos. Era una señal de convocación de los vecinos, hecha con el fin de defenderse cuando sobrevenía un ataque.
Existe el verbo arrebatar con acepciones de diferentes grados en la escala del sentimiento, que al conjugarse puede tomar la forma “arrebato”
Ha de tenerse en cuenta que el verbo tocar en esta locución se utiliza con el sentido de “llamar”, para significar avisar, del modo en que tocar a la puerta es llamar a la puerta en los tiempos modernos, o tocar el timbre, para el mismo fin. En el español medieval rebato se usó en tanto sinónimo de apresuramiento.
En la actualidad se emplea más bien en sentido figurado para “dar la señal de alarma” en los casos en que se presenta o se piensa que se está en peligro. Esta locución se cataloga de anticuada en la vida real pues hay medios más modernos para avisar de peligros inminentes. En algunos pueblos se usó para convocar a apagar un fuego, por ejemplo.
No hay que confundirla con el arrebato que es “furor”, que es el enajenamiento que invade a una persona, resultado de una pasión, especialmente el que se deriva de la ira. Este arrebato se caracteriza por la pérdida momentánea del control de sí mismo. El éxtasis también se considera una forma de arrebato, solo que en este es un estado del alma en unión íntima con Dios.
Existe el verbo arrebatar con acepciones de diferentes grados en la escala del sentimiento, que al conjugarse puede tomar la forma “arrebato”. Este verbo puede ser el que mueve a confusión, sobre todo, cuando entra en contacto o se encuentra en las cercanías del verbo tocar.
EMBATE – EMBASTE
“Los EMBASTES trágicos de la pandemia. . .”
La lengua a veces guarda sorpresas. Los escribientes tratan de adornar o decorar demasiado sus textos hasta el punto en que los dañan. Quizás tratando de hacerlo más lindo añaden una letra ese /s/ para embellecer el sonido, esto así porque les parece que mientras más eses /s/ tenga la palabra más bella es o más correcta parece. Con el embaste de la frase el “tiro le salió por la culata”. El efecto fue contrario al deseado.
En cuanto a la palabra embaste su campo semántico se encuentra en el espacio de la industria textil
La palabra que podía conferir sentido a la frase era embate, así de simple, sin ese /s/ alguna. Esto así porque embate significa “acometida impetuosa”, aunque su primera significación fue “golpe impetuoso de mar”. Además de esta, en el mismo ámbito de marinería es, “viento fresco y suave que reina en el verano a la orilla del mar”.
En cuanto a la palabra embaste su campo semántico se encuentra en el espacio de la industria textil. El embaste es el hilván, es decir, la costura de puntadas largas con que se une y prepara lo que luego se ha de coser de otra manera. Más que el hilván en el español dominicano se conoce el verbo, hilvanar. Es “un tente ahí” en costura, algo provisional.
No vale la pena abundar más en el tema porque con lo expuesto ya queda demostrado que el error en que incurrió el redactor causa lástima, pesar y tristeza, valga la redundancia.
TUGURIO
“En los grandes TUGURIOS, donde escasea el espacio, donde la vida. . .”
Cuando se lee “grandes tugurios” llega a la inteligencia una pregunta, ¿un tugurio puede ser grande? Lo que plantea esta combinación es un sinsentido. Esto que se asevera se demostrará más abajo, al repasar las definiciones de tugurio.
El Diccionario de la lengua española ofrece en su primera acepción una equivalencia para tugurio, seguida de una reafirmación, “Choza o casilla de pastores”. Una choza es una construcción rústica de acuerdo con el mismo diccionario. Para completar el cuadro descriptivo, más abajo en ese diccionario puede leerse, “pequeño y de mal aspecto”. Choza fue la primera acepción que entró en la lengua en el siglo XVII para el tugurio.
Ante la realidad de que no existe en la lengua una palabra específica para la zona de tugurios, los colombianos crearon el adjetivo “tugurial”
En los tiempos modernos el tugurio es sobre todo el local, tienda o habitación sucia y oscura. Es “vivienda miserable”. Algunos diccionarios añaden a las características anotadas, “de mala reputación”. Cuando se entró en contacto por primera vez con esta palabra, se recuerda que se la oyó usada para un lugar de diversión de mala reputación.
Es posible que el redactor de la oración citada haya querido referirse a los barrios o comunidades de tugurios, a los distritos de precarias construcciones.
Ante la realidad de que no existe en la lengua una palabra específica para la zona de tugurios, los colombianos crearon el adjetivo “tugurial” para el conjunto de viviendas pobres o zona muy pobre.