El miércoles 8 de agosto de 2018, murió en la ciudad de Puerto Plata, reconocido el trabajador portuario, excelente jugador de baloncesto y filántropo Teófilo Liriano (a) Pitihua, a la edad de 61 años, 6 meses y 13 días.

Su muerte consternó profundamente a los lugareños de la parte baja (léase Ensanches Dubocq, La Viara, Las Flores, Gregorio Luperón, Las Mercedes y La Playa Oeste), de la ciudad de Puerto Plata. Todos estos sectores acudieron en masas a darle su último adiós al carismático Pitihua. Sus jóvenes chicas y mujeres de las cuales iba en ayudas económicas, lo gritaron desconsoladamente.

Fue todo un personaje del folclor puertoplateño. No aprendió de letras. Pero tenía ciertas habilidades para llegarle a la gente y afrontar la vida. Un trabajador portuario incansable en los muelles de Puerto Plata. Era un gran enamorado de la femenina. Le gustaban las mujeres muy jóvenes. Era espléndido con ellas. Decía y proclamaba que era papi bolsillo. Dado a comer en exceso. Se le veía de un sitio a otro trasladándose en su pásola en pantalón corto, poloché y en chancletas de goma. Su medio de transporte siempre estaba a la disposición de sus jóvenes chicas, para que hicieran sus diligencias. Su gran aspiración era llegar a la ciudad de los rascacielos, dónde no se duerme. Su hermano Elpidio Liriano, que es ciudadano estadounidense y profesor de matemáticas en New York había comenzado a llevarse a sus hermanas y Pitihua y otras hermanas tenían una petición de residencias a Estados Unidos de América y estaban solamente esperando ya la cita.

Siempre decía que el día que muriera, quería qué lo entierren y recordarán con música de su artista preferido Fernando Villalona. Qué no existiera tristeza. Así los hicieron sus familiares y amigos. Después de su enterramiento sus familiares y amigos bebieron aguardientes y cervezas con música del Mayimbe.

Se autoproclamaba como “Líder” del Sindicato de Estibadores Portuarios y Arrimo, de Puerto Plata, fundado el 21 de enero de 1907, del cual su padre fue uno de sus fundadores y a la muerte de éste pasó a ocupar su lugar en calidad de miembro. Fue un asiduo seguidor del actual presidente de esa institución sindical, señor Luis Oscar Gilbert Rotestán (a) Papayán y proclamaba que nadie a aspirara a esa posición mientras Papayán respirara.

Casi nadie sabía su nombre completo en los sectores donde pernoctaba. Tenía varios apodos, como Pitihua, Mole, Papilón, el Mayimbe, Papi papeleta, Papi Bolcillo y otros.

Su nombre verdadero era Teófilo Liriano, nació en la ciudad de Puerto Plata, el 26 de enero de 1957, hijo de los señores Celedonia Teófilo y Silvestre Cabrera (un bohemio). Celebraba su cumpleaños, el Día del Natalicio del fundador de la República Dominicana, con varias cajas de cerveza presidente y con música de su artista preferido Fernando Villalona. Fue un verdadero y consuetudinario bohemio y un personaje folclórico. Amante a las bebidas alcohólicas. Estaba muy al día en tecnología de celular inteligente. Era un corre camino en su pásala.

Sus padres procrearon, además, los hijos: Carmen, Ramona, Tulia, Milagros, Mercedes, Elvira y Elpidio Liriano.

No aprendió ni a leer ni a escribir. Cuando su hermano Elpidio Liriano se fue a estudiar a Santo Domingo a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, allí estudió una licenciatura en matemáticas puras, siempre recibió la ayuda económica de Pitihua.

Era un hombre sin hambre y siempre dispuesto a servirle al prójimo. Siempre tenía a su cargo la manutención de dos y tres muchachas jóvenes.

Muy buen pagador de sus compromisos económicos contraídos. Era persona de hablar alto, pero de un alma limpia y sin malicia. Podía brincar una semana sin pagar al prestamista. Sus “bancos” (léase sus prestamistas) eran Martin Vásquez Ramos (retirado), Luis F. Cortez (a) Chichi, Paulino Núñez Quiroz, Tomás Paulino, Yginia Padilla (a) Chicha, Francisco Padilla (a) Chily y otros.

En un determinado momento de su vida cayó en la drogadicción, pero supo reconocer y recapacitar y encausó su vida por sendero correcto. Siempre reconoció ese error que cometió en su existencia. Fue miembro del Club Deportivo Cultural—Deportivo Gregorio Luperon y su equipo de baloncesto y gran admirador su capitán Williams García. Cuándo insertaba un canasto le gustaba que las fanaticadas le vocearan mole, por su pesado y voluminoso cuerpo, antes demás jugadores.

Siempre hacia sus grandes parrandas con sus compañeros portuarios: José Ramón Rodríguez Plácido, Jorge Rafael Luciano (a) Forren, Arnulfo Ventura Rosario, José Manuel Melo Mercado (a) Bozo, Eduardo Vásquez, Quintino del Carmen (fallecido), David Cambero, Ambiorix López y otros tantos.

Siempre recibía regalos y obsequios de New York de sus amigos. Destacaba a dos de ellos: Ana Elisa Perdomo, Juan Santiago Wells (a) Papi, entre otros. Sus calzados siempre eran un par de tenis Conver.

Pitihua fue muy amante a los niños. Decía que tenia de diez a doce hijos procreados con diferentes mujeres casadas o que vivían en parejas. Qué por esa razón no reconocía a esos hijos. Proclamaba qué había un presidente dominicano, que nunca reconoció a sus hijos. Qué solamente a él lo criticaban por no reconocer a sus hijos.

En sus primeros años de su existencia fue un experto carnicero en el Matadero Municipal. Luego, era buscado esporádicamente para matar un chivo, una vaca o un puerco.

Por su responsabilidad y honestidad tenía a su cargo más de siete turnos de trabajadores portuarios y le trabajaba a estos los mismos.

Su presidente Papayán se ocupó de comprarle una caja de más de veinticinco mil pesos y darle un enterramiento de digno como pitihua se lo merecía.