Los dominicanos estamos al borde de un ataque de nervios casi permanente. ¿La razón? El caso del transito en general, pero en particular en el Gran Santo Domingo. No es una exageración que cualquier conductor se tome mas de una hora en un trayecto que un trafico normal, tomaría 10 minutos. El impacto en la economía y el salud mental de los capitaleños no ha sido medido, pero no me cabe dudas que es significativo. Conozca niños que tienen que levantarse a las 5.00 AM de la madrugada para estar a las 7.30AM en sus colegios. Es totalmente irracional. Lo mismo los empleados de oficinas, empresas y negocios de todo tipo. Santo Domingo está al borde del colapso total. Lo más grave es que por más iniciativas de las autoridades municipales o nacionales, nada mejora. Todo empeora. No hay espacio para estacionamiento. Los nuevos edificios deben dedicar enormes sumas de inversión para estacionamientos de 6 y 7 pisos subterráneos o incluso combinar con estacionamientos elevados, y nada se resuelve.
Hace unos 3 años se creó el INTRANT, y lo que era AMET se transformó en INTRANT, lo que era la Policía de Transito de AMET o los llamados “Amet”, ahora se llaman “Digesett” o algo así, unas siglas que nadie sabe que quiere decir. ¿No seria mas lógico ponerle en la espalda un letrero sencillo que diga “Policía de Transito”? Hay zonas, como el Casco Histórico que los días feriados o las noches de los fines de semana, y las tardes simplemente no se pueden visitar. Es fácil pasar horas buscando donde estacionar el vehículo individual. ¿Qué se puede hacer para aliviar este agobio de vehículos que lo invaden todo? Una sociedad que ha dado prioridad al vehículo contaminante que al transeúnte. A la calle para los carros que los ciudadanos de a pie y transeúntes. No hay una solución mágica, pero hay medidas que deben adoptarse en el corto, mediano y largo plazo para enfrentar el “problema del transito”.
A partir de 2005 se inició la construcción de una de las obras más importantes para grandes urbes: el Metro de Santo Domingo. Pocas ciudades del Caribe lo tienen. E inclusive ciudades mas grandes que Santo Domingo, tampoco. Se hizo inicialmente la Línea 1 desde Villa Mella hasta el Centro de los Héroes, la mayor parte subterráneo. Esa L1 fue inaugurada aproximadamente en 2008. Inmediatamente se construyó la Línea 2 (L2) que recorre la ciudad de forma subterránea de este-oeste o viceversa, desde el KM 9 de la Autopista Duarte, hasta la cabeza del Puente de la 17 como popularmente se conoce el Puente Mella. Esa L2 fue inaugurada en 2012 antes de las elecciones nacionales de ese año. Durante los 8 años de la presidencia de Danilo Medina se ralentizó la construcción de la red de metro, pero por gestión del Alcalde de Santo Domingo Oriental, se construyeron 4 estaciones atravesando el río Ozama y conectando la Zona Oriental con la margen oeste del Distrito Nacional, llegando hasta la estación de la Av. San Vicente de Paul con la Carretera Mella, justo frente a Megacentro. Quizá sino hubiera primado el sectarismo político entre facciones del partido gobernante, y la planificación urbana fuera mas independiente, el periodo 2012 a 2020 debió darle mas continuidad a la red del Metro de Santo Domingo, construyendo la ampliación de la L2 desde el KM 9 hasta Los Alcarrizos, que daría servicio a casi 700.000 habitantes de los municipios de Santo Domingo Oeste y Los Alcarrizos y quizás Pedro Brand y ampliando ese L2 desde Megacentro hasta San Luis y el Puente Juan Carlos I. Pero eso no sucedió. Los esfuerzos en transporte iban desde los llamados Teleféricos, que fuera de nuestro país se le llama Metro Cable, pero que su impacto es muy limitado a algunas zonas de Santo Domingo Oriental (Sabana Perdida y zonas aledañas).
La actual administración del Presidente Abinader ha prometido iniciar en breve plazo la construcción elevada de la ampliación a Los Alcarrizos de la L2 e iniciar una L3 desde el KM 13 de la Carretera Duarte, tomando toda la Avenida 27 de febrero y llegando, después de atravesar el río Ozama, hasta la Zona Oriental y el Aeropuerto de Las Américas. Esta obra seria una enorme obra de inversión que daría mas profundidad al sistema de transporte masivo del Gran Santo Domingo, aunque faltarían otras líneas, como ampliar la L1 desde el Centro de los Héroes hasta el KM12 de Haina, tomando toda la Avenida Independencia. Obras de conexión de la L1, la L2 y la L3, como una línea de 2 estaciones desde el KM9 hasta la Plaza de la Bandera por la Avenida Luperón, una derivación de la L2 desde la San Martin/Expreso V Centenario, hasta el Parque Independencia y eventual el Parque Colón y una red de Tram superficial en zonas a ser determinadas, transformarían mucho el pandemonio actual.
Pero es seguro que con este plan de líneas del metro no basta. Toma mucha inversión y mucho tiempo. Hay que tomar medidas urgentes. Por ejemplo, una iniciativa planteada en el Senado de la República por el Senador de San José de Ocoa, de adoptar la restricción de salida por terminal de placa, lo que en Bogotá y otras ciudades de Colombia se tiene mucha experiencia, denominado Pico y Placa. Es decir, restringir la circulación de vehículos, con la meta de sacar del transito, el 25 o 30% del parque en circulación cada día. Es una medida fácil de adoptar y de hacer que se aplique. Esa medida, que recuerda en los años 60 las restricciones de circulación de vehículos del concho, es al única media inmediata para aliviar el agobio y las perdidas económicas y de salud mental de la población de la Capital. El Pico y Placa es eficiente y demanda solamente, los días laborables la parada de un vehículo una vez por semana. La experiencia de Bogotá y de Medellín son fundamentales para implementarla en Santo Domingo. Ciudad de México, Caracas, Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires tienen en funcionamiento el Pico y Placa con distintas modalidades aplicables a las condiciones de cada ciudad.
En algunas por restricción de transito para circulación en otras por razones de saturación de contaminación de CO2. Pero en todo caso, es una medida para estudiar y aplicar en el corto plazo en Santo Domingo. La ciudadanía no aguanta mas el agobio del transito y la ineficiencia de las instituciones llamadas a corregir la situación. El Ayuntamiento del Distrito Nacional y los ayuntamientos del Gran Santo Domingo deberían estudiar la adopción de esta medida junto con la Policía de Transito y el INTRANT, el ministerio de interior, obras públicas, y las instituciones del sector. Hay que terminar con la dispersión de instituciones. El INTRANT no ha resuelto nada. Ahora se acaba de crear otro organismo de transporte y transito en adición del INTRANT, la OMSA, la DIGESETT, la OPRET y varias mas. Otra medida que el gobierno central puede apoyar y es la rápida adquisición de una gran flota de autobuses eléctricos, unos 3.000, para sustituir la flota de OMSA, e fusionar todas las entidades en una sola entidad de servicio de metro, tranvías, de autobuses o de regulación de taxis. Un Jefe de Estado que circula en un vehículo eléctrico tiene la sensibilidad de ampliar el uso de transporte eléctrico y de incentivar el uso de vehículos eléctricos o híbridos. En París existe la RATP (Empresa Autónoma del Transporte de París) con la cual se suplantó un caos como el actual de Santo Domingo, hace muchas décadas. Hay medidas que no tienen costo y que son relativamente fáciles de aplicar. La excusa de que “aquí no hay un sistema eficiente de transporte público” es solo eso, una excusa. Hay que actuar rápido y la propuesta del Senador de San José de Ocoa hay tomarla en serio y pasar a la acción.