Por siglos la Iglesia ha venido guardando el verdadero origen del Pecado Original, la tentada acción erótica que provocó la expulsión de Adán y Eva del terrenal Paraíso.
Su origen permaneció oculto durante siglos hasta que Miguel Ángel lo publicó en uno de sus frescos. Se dice que, luego de leer un antiquísimo manuscrito traducido, desempolvado entre documentos sagrados mientras trabajaba en la capilla Sixtina, se lo mostró al papa Julio II para reconfirmar la especie, quien, convencido por su veracidad, le autorizó pintar esta bíblica verdad en el fresco para que la posteridad supiese la verdad: que el pecado original fue una felación, la Felación Primigenia.
Sin embargo, durante 4 siglos la revelación gráfica se mantuvo inalcanzable a los ojos humanos, indescifrable, a 21 metros, colocada en el techo de la Capilla Sixtina, fuera del alcance de los ojos de los curiosos prelados, hasta que sus detalles fueron mostrados por la cámara fotográfica y sus lentes.
No obstante, era tan bella y perfecta la obra que, a pesar de lo obvio de la escena, muchos ojos se negaban a ver la realidad de aquella acción erótica que muestra un Adán y una Eva sorprendidos en plena Felación Primigenia, interrumpidos por la Serpiente Antigua, tal como se lo describió el escrito encontrado.
Pero con la Internet el “vergonzoso” episodio ha quedado develado, conocido por todos. Y ahora, abochornados, algunos prelados puritanos de la Iglesia procuran censurarla alegándole al papa que existe un precedente en el siglo XVI cuando las figuras desnudas del “Juicio Final” fueron reprobadas por el papa Pío V cuando ordenó a Il Braghettone (Daniele da Volterra) mutilarlas vistiéndolas con taparrabos. Triste ocasión para el arte que debemos evitar repetir.
Por esto hoy los amantes del arte estamos elevando una “petición al papa Benedicto XVI” para que ignore las voces inquisidoras fundamentalistas que se levantan en la Iglesia contra del arte y evite que mutilen la obra: “Pecado original y salida del Paraíso”.
Basta ver el recuadro que marcamos sobre la foto de la mencionado fresco para comprobar la veracidad de lo afirmado y, aunque reconocemos que es una escena erótica muy fuerte para permanecer en “territorio santo”, creemos que en este caso debe prevalecer el arte sobre toda moral religiosa.
Por ello le sugerimos, amable lector, apoyar nuestra petición a Benedicto XVI y firmar con nosotros (cliqueando más abajo) para que inmediatamente le llegue nuestra adhesión particular y colectiva al Santo Padre. Haga clic AQUÍ
¡Únete a este esfuerzo mundial por proteger esta obra de Arte! Tomese unos segundos para llenar petición porque no caerá en el vacío, será enviada inmediatamente por Change.org a benedictoxvi@vatican.va , a la correspondencia personal del papa quien de seguro la escuchará y se unirá a nuestra causa.