Vive aquí un personaje que está en la calle, al doblar de la esquina, día, noche y  madrugada, en los espacios noticiosos, en la frustración y en la desesperanza, en toda desilusión electoral, en las voces más altas, en las tertulias del parque, en la espera, a  orillas de todos los caminos, en la música y su canto, debajo de la tierra, en la semilla, en los vientres parturientos, en el lomo del tiempo, alrededor y en medio de nosotros: el Pesimismo (que nació la misma noche del 27 de febrero de 1844, cuando los Trinitarios torpemente le entregaron la patria recién nacida a sus enemigos…Y desde entonces tenemos país, pero no Estado).