Ha llegado por primera vez a este país, desde remoto planeta, un ser al margen de toda cosa mundana, transparente, puro, casto e ingenuo; descubridor del agua tibia y la china en gajitos; autor de la Enciclopedia de Cuentos para Oligofrénicos y contador de chistes no aptos para reírse. Tal señor ha declarado, muy serio, que la peor consecuencia de la corrupción es que se convierta en una “cultura” y en algo que se observe como “normal” en una sociedad “cada vez más marcada por la codicia y el hiperconsumismo”. (Se dice que ese personaje, Danilo Medina, posiblemente se convierta en un monje anacoreta).