El país está abocado a un periodo de crisis múltiples desatadas por: inseguridad, corrupción masiva y rampante, impunidad, desorden, indisciplina e irrespeto; endeudamiento e inevitable crisis crediticia. Estos problemas no son nuevos pero se han visto terriblemente agravados tras el caso ODEBRECHT.
Los factores que redimensionan la situación son:
1.- La consciencia de ilegitimidad del gobierno actual que se extiende como su falta de autoridad y de credibilidad determinando nuevas actitudes y conductas.
2.- Las manifestaciones de descontento y hastío que primero con el Libro y luego con las Marchas Verdes llenaron y ya desbordan calles y plazas con un reclamo tan impostergable como masivo.
3.- Ruptura de la unidad del bloque gobernante y agotamiento claro de un modelo de gerencia política. Jugaron a ganar tiempo, apostaron al olvido, a la manipulación y el soborno, pretendieron ignorar la protesta y esperaron –hasta ahora en vano- un viento favorable que les permitiera –como en ocasiones anteriores- sortear la crisis.
El gobierno no se preocupa mucho por los partidos cuya oposición ha sido nominal. Su problema es que las protestas, la verdadera oposición ya no procede de los partidos sino de un movimiento extenso, de dirección colectiva y múltiple niveles de horizontalidad. Equipado con una mística que parecía olvidada enarbola referentes y credenciales éticas intachables. El PLD no estaba preparado mental ni políticamente para enfrentarse a este tipo de adversario ni tampoco creían que se le presentaría. Estaban demasiado confiados y seguros; llenos de arrogancia, ajenos a la tragedia que infligen, incapaces de reaccionar racionalmente.
La consciencia de ilegitimidad y las protestas encendieron la esperanza. Hay un nuevo ánimo y espíritu de lucha. La gente, por intuición y por decires, por experiencia los viejos, por sentimiento los jóvenes, por ansiedad los mas perjudicados han empezado a creer que el PLD y el señor Medina están en el centro de todos nuestros males. Ellos no se juzgarán ni incriminarán a si mismos, es demasiado incierto el futuro que proponen, demasiado lejos el 2020 sin resolver, demasiado odiosa semejante perspectiva e inaceptable seguir como estamos.
El gobierno y el partido de gobierno continuarán deteriorándose arrastrando consigo la gobernabilidad y la viabilidad de lo que queda del país. El gobierno es el principal promotor y responsable de la desestabilización. La sociedad inconforme pondrá mas presión por una solución pero no hay solución posible en y con la actitud del gobierno actual. Ya somos un estado fallido, el gobierno no puede garantizar nada. Carece de credibilidad para manejar la cosa pública; su ilegitimidad lo despoja de las credenciales que hacen creíble la autoridad y el ejercicio de esta.
Si las protestas continúan y se expanden como debería ocurrir, nos enfrentaremos a uno o varios de los siguientes escenarios:
- Un estado general de anarquía o cuasi guerra civil pero no encarnada por hombres de la estirpe de los de 1965 sino por delincuentes, criminales, narcos y una canalla que surge y se alimenta del desorden y el irrespeto. No habrá seguridad, garantías ni clima de inversión. Estaremos como la Isla de la Tortuga en el siglo XVII: Tierra sin ley, refugio de delincuentes y criminales perseguidos.
- Una asonada golpista que muchos descartan como pasada de moda o imposible porque ni siquiera puede hablarse de las Fuerzas Armadas y la oficialidad como se hacía antes. Sin embargo, dicha asonada contra todas las apariencias en contrario es posible. La anarquía e ingobernabilidad generan una demanda de orden que puede materializarse con o sin instigamiento de las fuerzas que se sienten amenazadas por el caos.
- La negociación y la transacción para una solución política que asegure la terminación de Medina en el 2020 a cambio de una reducción sustancial del control absoluto que sobre las instituciones tiene. UN GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL PARA LA TRANSICION DEMOCRATICA o cualquier otro nombre para evitar las opciones 1 y 2 y celebrar elecciones con las garantías de lugar.
El gobierno está ciego y cerrado a ese escenario, la oposición tullida, miope e incapaz y el movimiento social todavía no tiene la fuerza, experiencia y arraigo necesarios en ninguno de sus niveles. No ha surgido aun el liderazgo independiente que muchos anhelan. Ya hemos caminado un trecho hacia la opción 1 pero también ésta, como otras crisis, parirá su propio liderazgo.
* Alusión a una vieja canción de Maridalia Hernández.