Recuerdo a José Pardo Llada, periodista embajador de Colombia, cubano naturalizado colombiano que siempre sostuvo su cubanidad. Periodista embajador que había desertado de la Revolución, en la que militó. Embajador periodista que escribía con regularidad en uno de nuestros diarios, pero que nunca le generó conflictos a Colombia, ni siquiera escribiendo contra Fidel (por cumplir dos premisas de su misión: el tacto y la discreción). A fines de los ochenta, en el bar del Lina, conversábamos con cierta frecuencia él, César Medina y yo. (Es seguro que César recuerda muy bien a este periodista y embajador ejemplar).