En la historia pendejológica de este pueblo de pendejos hay muchas formas de coger pendejamente de pendejo a cualquier pendejo (por la abundancia pendejística). Las formas tradicionales de pendejear a un pendejo, hombre o mujer, joven o viejo, pobre o rico (el pendejear es democrático, no discrimina), son de orden económico (como venderle al pendejo algo a sobreprecio); político (hacerlo votar, por ejemplo) y hasta en lo amoroso (cuente los cuernos). Pero hay una muy novedosa forma de coger de pendejos, por paquetes, a empresarios, religiosos, periodistas y académicos: Nombrarlos Veedores Públicos. (¡Bravo, Danilo, efectivamente eso nunca se había hecho!).