PENDEJADA
“No es justo que al dominicano común y corriente se le aplique todo el peso de la ley, por PENDEJADA . . .”
En el habla dominicana de todos los días la palabra del título termina en pendejá. En el desarrollo de este tema se encontrará dónde en América se menciona primero en un lexicón. Se repasarán brevemente los significados en zonas alejadas de Las Antillas. Para darle mayor importancia al uso en estas islas hispanohablantes, se colocará el acento en el habla de los dominicanos y los matices que adquiere la palabra en esa habla.
En América según lo asentado en el Diccionario de la lengua española se usa pendejada para “dicho, hecho tonto y cosa de poca entidad o importancia”. En Argentina y Paraguay una pendejada es un “grupo de chicos jóvenes” o un “dicho o conducta infantiles”.
La primera mención de pendejada en un lexicón americano se encontró en el Glosario de voces cubanas (1924:408) de Constantino Suárez.
En República Dominicana y Puerto Rico se utiliza pendejá para referirse a una “deshonestidad cometida con astucia para que tenga éxito”. También esa palabra señala en esas dos hablas un hecho o situación muy molestos o dañinos. Además, califica el acto de cobardía, falta de coraje.
El Diccionario del español dominicano define la pendejada de modo más ancho, “Hecho o acción molesto o desagradable”.
Existe en el habla de los dominicanos un verbo, pendejear, que se usa para, “Actuar como una persona tonta, hacer tonterías”.
El verbo pendejear que pertenece a la familia pendejo y pendejada, en República Dominicana alcanza ribetes que no se conocen en otras hablas. El ejemplo que viene a la memoria es el del funcionario de un gobierno que “pendejea”; esto es, que desaprovecha la ocasión para lucrarse y beneficiar a los suyos. Dirá el común de hablantes que ese individuo es un pendejo.
Con la palabra pendejo hay que tener cuidado al usarla, pues es de muy mal gusto en algunas hablas y se la toma por “marido engañado”.
La primera mención de pendejada en un lexicón americano se encontró en el Glosario de voces cubanas (1924:408) de Constantino Suárez. Esa definición no difería de la castellana asentada por la Real Academia. Francisco Santamaría en el Diccionario general de americanismos (1942-II-443), asegura que la voz pendejada era de uso en Méjico y Cuba, califica la voz de baja y obscena. Este autor en el Diccionario de mejicanismos (1974:828) escribe que pendejear es, “proceder sin previsión o irreflexivamente”. Esto se trae para que se compare con lo que el uso dominicano ha hecho del verbo.
El verbo pendejear dominicano con el valor que se describió más arriba tiene vínculos con la pendejá que es una “deshonestidad cometida con astucia para que tenga éxito”.
PELUCHE
“FF. AA. Evaluarán 7 mil botellas y ´PELUCHES ´ para economizar RD$90 millones mensuales”.
El peluche reconocido por todos los hablantes es el juguete hecho de tela aterciopelada de diversas fibras que tiene pelo largo o pelusilla por una cara.
Salta a la vista por el contexto que el peluche de la cita no tiene conexión alguna con el juguete. Este peluche es una atribución de significado nuevo que se hace a un vocablo viejo.
El peluche es un juguete. Un juguete es algo que no se toma en serio. Cuando se califica o denomina peluche a un oficial es porque no se le considera legítimo.
En el cuerpo de la noticia quedó establecido el valor que es atribuido a este nuevo peluche que viene a enriquecer el acervo de vocablos dominicanos.
Un peluche es un oficial de las Fuerzas Armadas que no ha agotado todo el entrenamiento o el tiempo para alcanzar el grado que tiene. Es un oficial que “aterrizó” en la fuerza “sin pasar por go”.
El peluche es un juguete. Un juguete es algo que no se toma en serio. Cuando se califica o denomina peluche a un oficial es porque no se le considera legítimo, porque no ha logrado su rango dentro del cuerpo a que pertenece siguiendo los reglamentos al pie de la letra. En resumen, es un oficial que no se considera auténtico.
Hay que observar cautela con respecto a esta voz. No se sabe si el uso la ha acreditado ya o es una voz pasajera que desaparecerá como ha sucedido con muchas otras.
NIMITA
“Las NIMITAS y los cocuyos se lucían . . .”
La mayoría de los lexicones dedicados a recoger las voces vernáculas dominicanas han pasado por alto recoger la voz del título. Es posible que esto se deba a la escasa circulación de la voz en cuestión.
El autor de estas reflexiones acerca del español dominicano recuerda haberla oído en más de una ocasión. No recuerda las circunstancias particulares, pero sospecha que fue de labios de personas de escasos conocimientos formales.
Quienes creían en esta leyenda tenían algo de razón, pues la palabra alma procede del latín anima.
La nimita del título guarda estrecha relación con otra voz dominicana, animita, que es el nombre con que se conoce la luciérnaga en el habla de los dominicanos. Es otra forma de llamar a las animitas. Estas nimitas (animitas) pertenecen a una familia de coleópteros; se les conoce con los nombres, bichos de luz, cucuyos y gusanos de luz. Estos insectos se caracterizan por la posibilidad de emitir luz.
La explicación que existía para llamarlas animitas (nimitas) era que en realidad eran almas en pena del purgatorio que salían a vagar por las noches. Esto era parte de las leyendas dominicanas de antaño, de antes de que la ciencia y la propagación de los conocimientos hubiesen apabullado la inocente imaginación. Quienes creían en esta leyenda tenían algo de razón, pues la palabra alma procede del latín anima.
En el habla de los dominicanos existe una locución verbal, “ver animitas”, que es “Ver por efecto de un golpe y por breve tiempo, multitud de chispas móviles, delante de los ojos”. Diccionario del español dominicano (2013:40).