Que echen sus versos a la hoguera: “Si alguien quiere saber cuál es mi patria / no la busque / no pregunte por ella… / Nadie pregunte por la patria de nadie. / Por encima de nuestras cordilleras y las líneas fronterizas / más rejas y alambradas que carácter / o diferencia o rumbo o el perfil /  el mismo drama grande/ el mismo cerco impuro del ojo vigilante. / Veinte patrias para un solo tormento/ un solo corazón para veinte fatigas nacionales…/ Y el día que estalle la libertad suprema y soberana…/ habrá una gran patria / una grande / inmensa / inmóvil patria para todos/ y no habrá un país para estas lágrimas”.