Recientemente salió en la prensa nacional la noticia de que varias organizaciones de la zona de Haina, provincia San Cristóbal, estaban solicitando que los puestos de peaje de la av. 6 de noviembre y de la carretera Sánchez se cambiaran de lugar, con la finalidad de que estos no gravaran a la gente de Haina y sus comunidades, así como a los empresarios de la zona industrial.
La solicitud de las organizaciones de Haina hace levantar el debate con relación a la legalidad impositiva de los peajes y el tema de la equidad de los impuestos indirectos relacionados con el transporte que, en los últimos meses, el “nuevo” gobierno ha impuesto por vía administrativa, ya que además de los peajes se han aumentado otros impuestos como el marbete de la placa, y ha recuperado los recursos resultantes de la eliminación del subsidio al gasoil que tenían los transportistas.
El abogado Namphi Rodríguez ha señalado, refiriéndose al aumento de los peajes, que “Como servicio público con tasas reglamentarias, el Ministerio de Obras Públicas y el Fideicomiso RD Vial deben garantizar el derecho de audiencia de los usuarios antes de emitir sus resoluciones y respetar los principios de razonabilidad y equidad tarifaria como estable el artículo 147, así como los artículos 53 de la Constitución, sobre derecho de los usuarios, y el 49, que garantiza el acceso a la información pública. (El Nacional, 8-9-2016, http://elnacional.com.do/peajes-tasas-y-fideicomiso).
En marzo del 2014, hubo un anuncio del Ministerio de Obras Públicas sobre la intención de aumentar los peajes. Algunos lo interpretaron como una manera de ir preparando a la población para dicho aumento. En ese momento se habló de que dicho aumento sería una compensación por no cobrar el 1% del valor del vehículo en las placas, según se había definido en la “reforma” fiscal del 2012.
El peaje es solo uno de los impuestos indirectos que se carga a los usuarios y propietarios de vehículos, que generó al fisco $2,400 millones de pesos en el pasado año. En este sentido el periodista Esteban Delgado, editor económico del Listín Diario, señaló que en el año 2015 el aporte de los impuestos a los vehículos fue de RD$62,666 millones. Afirmó el periodista que el gobierno recibe dinero por 11 impuestos distintos que se cargan a todo lo relacionado con el transporte, siendo los más significativos el impuesto a los combustibles ($31,172.7); 16% ad valorem a combustibles (13,326.7); primera placa ($6,990). ITEBIS a comercio de vehículos (2,746); marbetes (1605), seguros de vehículos (1247.2); impuesto de $2 a cada galón de gasolina y gasoil, entre otros. (http://www.eldinero.com.do/28127/el-aporte-de-impuestos-a-los-vehiculos-en-2015-fue-de-rd62666-millones).
Con esto de los peajes se produce una gran inequidad. Los peajes que ahora cuestan $60 pesos solo se pagan en cuatro carreteras, situadas todas a la salida de la ciudad de Santo Domingo. Y la pregunta es, ¿por qué solo pagan este impuesto indirecto quienes salen de la ciudad de Santo Domingo? ¿Por qué no se aplica esa carga impositiva en otras regiones del país? ¿Por qué el Ministerio de Obras Públicas no puso en funcionamiento la estación de peaje que se construyó en la comunidad de la Penda, situada entre La Vega y la ciudad de Santiago?
Hay otros peajes relacionados con las circunvalaciones de Santiago y de Santo Domingo. En esos lugares se paga un mínimo de $100 pesos y un máximo de $600; además se paga lo mismo en ambas direcciones. En la circunvalación de Santo Domingo el gravamen impositivo es todavía mayor, pues un vehículo de carga o de pasajeros que se desplace desde el puerto de Haina hasta el de Punta Caucedo debe pagar dos peajes de ida y dos de vuelta. Al final el costo de esos peajes, lo terminamos pagando todos los usuarios y consumidores.
Otros peajes más caros se encuentran en las llamadas carreteras turísticas, como la situada en el trayecto La Romana a Punta Cana. Un caso particular es de los peajes de la carretera concesionada Santo Domingo-Samaná, en su tramo desde el km. 20 de la autopista Las Américas hasta el cruce de Molenillos. En un trayecto de unos 106 kms. hay tres peajes, que deben ser pagados en ambas direcciones. A esto se añade otro peaje caro, en ambas direcciones, en la carretera panorámica que llega a las Terrenas.
En los países mínimamente organizados los peajes se encuentran situados en las grandes autopistas, en donde es posible avanzar a una mayor velocidad; se pagan, además, según las distancias que se recorra y suele haber carreteras alternativas, de menor calidad y libres de peaje para quienes deciden utilizarlas.
Los peajes forman parte de los llamados impuestos indirectos que afectan decididamente a toda la población, sin que quienes transitan en vehículos de lujo paguen más. Por eso sigue siendo una gran injusticia que el chofer del transporte público, carro o guagua, que pase varios días por el peaje de la Duarte, Sánchez, Mella ó 6 de noviembre tenga que pagar cada vez que transite por allí en el mismo día. Sigue siendo una injusticia, además, que en los peajes de las llamadas circunvalaciones de Santo Domingo y de Santiago paguen igualmente los vehículos privados que los públicos. Todavía es mayor el abuso hacer pagar a los vehículos públicos los mismos peajes que a los vehículos que transportan a los turistas, en las autopistas concesionadas.
En definitiva, el sistema de peajes, como impuestos indirectos, necesita repensarse y reorganizarse. Tampoco se trata de resolver el problema solo para la gente de una determinada localidad, como pretenden las organizaciones comunitarias y empresariales de Haina. Se necesita un sistema más equitativo, justo, coherente y racional. Pues lo que hasta ahora existe es un desorden y una imposición de un gobierno que no solo buscó los votos “debajo de la piedra”, sino que con el tema de los peajes, está buscando también el dinero de las y los usuarios, perjudicando, sobre todo a las y los trabajadores que nos desplazamos diariamente en el transporte público y que hemos visto aumentado el costo del transporte por tener que pasar diariamente por las estaciones de peajes.