Hay muchas maneras de gozar un buen día de lluvia. Por ejemplo, con un buen cocinao en familia (“Amor de contrabando”), un buen dominó con los mejores tercios (“Soñando contigo”), viendo televisión desde la cama (“El rumbo de tus pasos”) o paseando bajo el agua por el malecón (“Maria se bebe las calles”). Pero nada es comparable (“La gata bajo la lluvia”) con escuchar todo el día (“Desnuda tengo el alma”) las más hermosas canciones (“La canción del pirata”) en la hermosa voz (“Donde están los besos”) de lo más apasionante que nos ha regalado España (“Gracias a la vida”): Pasión Vega.