¿Tiene identidad el partido al cual usted pertenece o por el que simpatiza? En ese sentido, ¿cuál es su ideología? ¿Es de izquierda o de derecha? Nada de eso, la mayoría de los partidos políticos carecen de ideología, por lo que ni sus dirigentes ni sus militantes están en capacidad de responder las referidas interrogantes.
Como consecuencia de lo anterior surge, entonces, la siguiente pregunta: ¿qué es lo que motiva a muchos los ciudadanos, en estos tiempos de decadencia de las ideologías, a militar en los partidos políticos? La respuesta es sencilla: el poder político y sus beneficios particulares.
En estos tiempos en que la militancia de los partidos mayoritarios se ha visto reducida considerablemente, los espacios que se dedicaban a su adoctrinamiento ideológico han sido sustituidos por la incesante búsqueda de fondos, sin importar su origen, para el financiamiento de las costosas campañas electorales.
La fundación, en el exilio, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la más antigua formación política dominicana, estuvo motivada en la necesidad de fortalecer la lucha para derrocar la dictadura trujillista. Por esta razón operó, desde entonces, como un partido policlasista que estaba conformado por trabajadores, campesinos e intelectuales.
Desde su primer triunfo electoral, el 20 de diciembre de 1962, el PRD se convirtió en un partido de izquierda, que más adelante, bajo el liderazgo de José Francisco Peña Gómez, asumió como doctrina el socialismo democrático. En la actualidad, a pesar de continuar formando parte de la desprestigiada Internacional Socialista, el empequeñecido PRD puede ser considerado como un partido de derecha.
Cuando con más del noventa por ciento de la militancia del PRD se fundó el Partido Revolucionario Moderno (PRM), se esperaba que se inclinaría hacia la izquierda, tomando en consideración que el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), su rival, a partir de su alianza con el derechista Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), en el año 1996, ha sido el favorito del conservadurismo dominicano. Sin embargo, el PRM es un partido sin identidad, que desde su fundación se ha inclinado por el conservadurismo.
Frente al hecho de que, como todo parece indicar, el principal partido de la oposición continuará sin un norte ideológico, debería trabajar para convertirse en una maquinaria electoral capaz de vencer al Partido de la Liberación Dominicana. Para lograr esta exigente meta el PRM debe elaborar un registro de militantes y simpatizantes que le permita tener un efectivo control sobre sus afiliados.
Por otro lado, el referido partido opositor debería trabajar para convertirse en un partido programático, de modo que, como sostiene IDEA Internacional, “despliege preponderantemente programas coherentes de políticas orientados hacia la generación de bienes públicos de alcance nacional, que constituyen la base de los vínculos del partido con sus miembros y votantes, la competencia electoral con otros partidos o su formulación de políticas”.
Si el Partido Revolucionario Moderno pretende derrotar en las elecciones del 2020 al hegemónico Partido de la Liberación Dominicana, y de esta manera detener su manifiesta y desafiante intención de continuar en el poder hasta el año 2044, debe salir desde ahora a las calles a organizar al pueblo y a hacer, con inteligencia, el tipo de oposición que demanden las circunstancias.