Para Ginny, que acaba de perder a Lucas

Desde 1929, cuando la fecha fue instituida por la Organización Mundial de Protección Animal, el 4 de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial de los Animales. Con dolor en el corazón, hemos elegido ese día para poner a dormir a nuestra perrita Frida, una Shih Tzu de once años cuyos múltiples problemas de salud han mermado enormemente su calidad de vida. Mientras llega el día señalado le damos calmantes, la llevamos a dar paseítos cortos al parque, le cocinamos su comida favorita (pollo, aunque ya no tiene mucho apetito) y la añoñamos con el cariño de la despedida y de la pena.

Frida es una perra de raza, comprada en una tienda de mascotas que a su vez la adquirió de algún criador que pone a reproducir a las perras-madre de manera continua para lucrarse con la venta de los cachorros. No conocemos las condiciones de explotación de la madre, ni el trato que recibió Frida antes de ser enviada a la tienda de mascotas, ni cuántas semanas o meses estuvo enjaulada en una vitrina esperando que alguien la comprara.

Frida llegó a nuestro hogar cuando tenía como cinco años de edad porque su dueña anterior no podía ocuparse de ella. Era una perra temerosa, un poco lerda, que a pesar de su corta edad ya presentaba problemas de salud –infecciones urinarias y oculares recurrentes. Tras varias rondas de tratamiento e innumerables visitas al veterinario, finalmente nos enteramos de que las infecciones oculares eran típicas de esta raza y que eventualmente la iban a dejar ciega. Los Shih Tzu, como otras razas de perro cuyo estándar de belleza incluye la cara achatada, no producen lágrimas suficientes para mantener los ojos lubricados porque la distorsión facial afecta sus glándulas lagrimales, lo que crea condiciones propicias para las infecciones oculares crónicas.

Desde que nos enteramos empezamos a lubricarle los ojos varias veces al día con gotas y a aplicarle un medicamento antes de dormir, pero el proceso era irreversible: hace ya un par de años que Frida es totalmente ciega de un ojo y sólo le queda un poco de visión en el otro. Los manuales de perros advierten que esta raza es igualmente proclive a las infecciones de oído y a la displasia de cadera, condiciones que la perrita ha venido padeciendo en los últimos tiempos y que la han dejado cada vez más adolorida y sorda. Los problemas óseos, por el gran dolor que causan, fueron los que finalmente nos llevaron a decidir la eutanasia.

Los manuales sobre cuidado canino explican que a cada raza de perro se asocian problemas de salud particulares, a menudo vinculados con las características “estéticas” que definen la raza. Así, además de problemas oculares, las razas de cara achatada (como bulldogs y pugs) sufren dificultades respiratorias; los pastor alemán, cuyo estándar de belleza incluye la grupa caída, están condenados al dolor crónico y eventual invalidez que causa la displasia de cadera; los salchicha, por su cuerpo alargado, sufren problemas de espalda, sobre todo en los discos de la columna vertebral; los cocker spaniel, con sus grandes orejas peludas, sufren de infecciones de oído y eventual sordera, etc.

Muchos otros problemas de salud se derivan de la endogamia reproductiva requerida para mantener la “pureza” de las razas, por lo que los bóxer son propensos a los problemas de piel y a los tumores, los yorkies a las enfermedades neurológicas, los dálmatas a la sordera y a los cálculos renales, etc. La “pureza” de la raza también hace que algunos animales sean más propensos a padecer problemas mentales o a ser menos inteligentes. ¿Por qué? Porque para asegurar la presencia de los rasgos “puros” se han desarrollado razas enteras a partir de un número reducido de individuos y los criadores comerciales empeoran el problema cruzando a las perras reproductoras con sus padres y hermanos para asegurar la presencia de esos rasgos en la descendencia. La poca variabilidad genética hace que estos animales sean mucho más vulnerables a enfermedades de todo tipo, que a veces los condenan a años de sufrimientos innecesarios.

Por el contrario, los perros mestizos –los llamados “viralata”- no presentan estos problemas. Como no son producto de la endogamia reproductiva de los criadores y sus absurdos estándares de belleza, los mestizos gozan de mejor salud, tienen sistemas inmunológicos más fuertes, suelen ser más inteligentes y viven más tiempo que sus parientes “puros”.

Si de verdad los amamos debemos entender que los perros no deben ser tratados como artículos de consumo, elegidos en base a criterios “estéticos” donde la “pureza” de la raza es equivalente a la exclusividad de la marca. Debemos invertir el estigma para que el perro viralata deje de ser símbolo de pobreza y fealdad, y el perro “puro” deje de ser símbolo de distinción y estatus.

Por el contrario, debemos difundir la idea de que comprar un perro “de raza” implica una doble crueldad: primero, la de perpetuar el desalmado sistema de reproducción de los criaderos de perros y las tiendas de mascotas que promueven la ficción del perro como marca comercial y objeto de consumo, lo que sólo beneficia a los que se lucran de ese sistema. Y segundo, la crueldad de contribuir a la reproducción de animales que lucen muy atractivos por fuera pero que a nivel genético traen taras que los condenan a padecimientos innecesarios.

En un país con tantos animales huérfanos o abandonados, las personas que amamos a los perros tenemos la responsabilidad de rechazar la moda del perro como status symbol, como objeto de marca que se compra en vitrinas, y promover en su lugar la ética humanitaria de la adopción. Los refugios de las ONGs que recogen animales abandonados están repletos de adultos y cachorros saludables que necesitan un hogar propio y que devolverán el favor con devoción infinita hacia sus dueños(1).

El martes que viene pondremos a dormir a un miembro de nuestra familia que a lo largo de los años nos ha regalado el amor incondicional e ilimitado que sólo los perros saben dar. Ojalá que la historia de Frida contribuya a un cambio de mentalidad que permita a otros perros tener vidas más sanas y felices que la que tuvo ella. 

NOTAS

(1) Quien desee adoptar un perro rescatado o hacer una donación para apoyar el trabajo que realizan estas organizaciones, puede dirigirse a:

-Patronato de Amigos de los Animales (PADELA), 809-685-0999

http://padelard.blogspot.com/

-Doggie House

https://www.facebook.com/doggiehouseorg/

– The Ghetto2Garden Initiative/ Iniciativa del Barrio al Jardín (esta organización trabaja con casos difíciles: perros amputados, muy ancianos, ciegos, etc.)

https://www.facebook.com/ghetto2garden