Muchos se hacen la pregunta del título: ¿Para qué sirve la Seguridad Social? ¿Por cuál razón un Estado tiene que ofrecer seguridad social a los ciudadanos? ¿Es una responsabilidad de los Estados o de las empresas privadas? De hecho, lo que hoy llamamos a nivel mundial “seguridad social” existe hace poco tiempo. De hecho la masificación de la seguridad social se realizó despues de 1945 al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Según la OIT, la función de la seguridad social es: “…. la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia”.

Según el NHS de Gran Bretaña, uno de los sistemas de asistencia médica pública global más admirados del mundo: “El Servicio Nacional de Salud (NHS) es la entidad de prestaciones sanitarias públicas del Reino Unido. Creado el 5 de julio de 1948, el NHS se basa en la premisa de que la atención médica nace de la necesidad de esta y no de la capacidad de pago de cada individuo, por lo que su financiación proviene del pago de impuestos  y el presupuesto nacional. Las premisas iniciales de la atención del NHS han sido: gratis en el punto de entrega, comprensivo, equitativo e igualitario”.

El otro componente de los sistemas de seguridad social es el sistema de pensiones. “Una pensión…en relación con el seguro social  o a la seguridad social, es un pago, temporal o de por vida, que recibe una persona cuando se encuentra en una situación, establecida por la ley en cada país, que la hace acreedora de hecho de una cantidad económica, de los sistemas públicos de previsión nacionales… Por lo general, la base de trabajadores en activo es la que da sustento al pago de dichas pensiones”.

El artículo 25.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 dice:

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.

¿Entonces cómo se ha llegado a diseñar sistemas de salud y pensiones que son instrumentos para extraer ganancias para empresarios privados, generalmente del sector financiero? Más aún. ¿Cómo profesionales y opinadores tienen el tupé de decir que una modificación del sistema de ahorro forzado y sin contraprestaciones existente en nuestro pais sería “un golpe de Estado macroeconómico al Presidente Abinader”? Con la llegada al gobierno en EEUU de Ronald Regan a inicios de los años 80 y de Margaret Thatcher en Reino Unido en 1979 todo el paradigma económico y social existente desde el fin de la II Guerra Mundial, comenzó a ser cuestionado y privatizado. Fue la llamada “revolución neoliberal”. Con ella se instaura una cultura económica que considera que todo lo público es un quebranto para la sociedad y que hasta los servicios de agua, eduación, salud y pensiones deben convertirse en un negocio privado. Pero ni siquiera en el Reino Unido pudo la Señora Thatcher desmontar el HNS o el gobierno de Reagan la Seguridad Social instaurada por el gobierno de Roosevelt.

América Latina y El Caribe nos convirtieron en uno de los laboratorios mas extensos de las idea neoliberales. El inicio fue en el Chile de Pinochet. Y las pensiones fueron de las primeras, al privatizar el sistema público que existía en Chile por un sistema de empresas privadas llamadas administradoras de fondos de pensiones. Curiosamente, el nuevo sistema no incluyó a los miembros de las fuerzas armadas de Chile. Fue como si Pinochet dijera: “prueben sus inventos con el resto de la población, pero no inventes con mis muchachos del Ejército, la Fuerza Aerea, la Armada y los Carabineros de Chile (Policia)”. El experimento neoliberal chileno fue promovido por los organismos financieros internacionales, sobretodo despues de establecerse en el Institut for International Economics –que representan los intereses de los grandes bancos norteamericanos-, bajo el liderazgo del economista John Williamson. Dio frutos en Argentina con las privatizaciones de Menem y la llamada Caja de Conversión que a la larga llevó la moneda argentina al colapso. Las AFP, presentado como uno los grandes logros del consenso neoliberal, se extendió por muchos países de la región y algunos de Europa Oriental.

Sin embargo, con la llegada de la crisis ciclica del capitalismo, primero con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria de las hipotecas subprime en Estados Unidos, y después con la crisis económica global que le siguió, muchos de esos experimentos colapsaron y se regresó en muchos países al sistema de seguridad social llamado de reparto, solidario o universal, basado en el carácter público del mismo, o a lo sumo se establecieron sistemas mixtos con pilares de raparto a la base y una parte de ahorro privado voluntario.

En nuestro país hemos estado bajo una ley de seguridad social votada en el Congreso en 2001, la llamada 87-01. Como era de esperar, se inició por las AFP, imponiendo la obligatoriedad de cotizar a todos los asalariados….casi 20 años despues no se ha otorgado una sola pensión por vejez. Es decir, las AFP, propiedad de los grandes bancos, han acumulado mas de 700 mil millones de pesos, unos 12 mil millones de dólares, repartiendo ganancias anualmente a sus accionistas, pero a la vez impidiendo con argumentos pueriles, que a la hora del golpe de la pandemia actual, los que han ahorrado de forma forzada no puedan disponer de parte de esos ahorros. En Chile se ha devuelto el 30% de los ahorros y se debate una nueva devolución de 10% adicional. En Perú se devolvió 20% de los ahorros de la población en las AFP. ¿Fue un “Golpe de Estado marcoeconómico”? En absoluto. El sistema financiero sigue funcionando y nada de lo que estas Casandras que vociferan colapso ha sucedido. La seguridad social debe ser social y segura, no un negocio privado, defendida por propagandistas pagados.