Pasar 24 horas en forzado cautiverio (¿Qué digo?, si las horas de todo cautiverio son forzosas, menos las del amor) puede ser gozoso: 1) Dormir doce horas, en tres tramos de cuatro; 2) Consumir dos horas en las tres comidas (eso sí, que sean abundantes y variadas); 3) Dedicarle seis horas al cine en televisión (recomiendo las series de Netflix); 4) Dos horas de lectura siempre caen bien (sobre todo si se trata de una buena novela), y 5) Las dos restantes puede dedicarlas, si tiene con quién, a rendirle honor a la diosa más divertida: Eros…(Eso sí, procure que nadie lo oiga si grita “¡Viva el coronavirus!”).