Según ha trascendido, el principal asesor político del Papa Francisco es Karl Marx, que en su reencarnación es nada menos que cardenal (no podría ser menos, por sus méritos). Acaba de darle al Sumo Pontífice el siguiente consejo, que éste aceptó: “La Iglesia debe una disculpa a los homosexuales por haberlos marginado”. Desde el punto de vista del materialismo dialéctico, eso es incuestionable; tanto, que Wally Brewster y cónyuge también se han declarado marxistas (a confesión de parte, relevo de pruebas). Ahora sólo falta el viraje ideológico de nuestra alta jerarquía católica (que, por cierto, no es nada francisquista).