Mi hija Laura, que llora, ríe y canta por este país, me dice con tristeza que la prensa mexicana ha difundido una sensacional noticia procedente de Santo Domingo: “Catorce recién nacidos murieron el pasado fin de semana en un deficiente hospital público de maternidad que aloja a más de una parturienta en cada cama”. ¡Qué vergüenza ante el mundo! (Ojalá sientan igual vergüenza, aunque lo dudo, los estirados burócratas de sueldos millonarios que se llenan la bocasa celebrando que la economía de este país crece más de un 5 por ciento cada año (de lo cual a esos recién nacidos no les alcanzó el tiempo para enterarse).