Definitivamente se están dando señales de cambios (por lo menos cambios de forma), pues, en lo que el hacha va y viene, eso de que Luis Abinader y Carolina Mejía se hayan metido en los barrios con el agua a la cintura para solidarizarse con los damnificados de la tormenta; y que las dos Raquel se hayan confundido con la gente del pueblo por aquí y por allá; y que los ministros más encumbrados trabajen en todos lados en mangas de camisa, por lo menos desmitifica la imagen fría y estirada de gobernantes que contemplan la realidad desde los altos ventanales de distantes palacios…(Sí, esta es otra fragancia).