Nueva York.-Las próximas elecciones quizá sean las menos democráticas que hayamos tenido en toda nuestra historia republicana, incluyendo desde luego, la Era de Trujillo. En su momento el “Benefactor de la Patria” decidía quien debía ser candidato a cual posición. Entonces convocaba a elecciones “libres, democráticas” para que la nación estampara el sello de aprobación a su decisión.
Ningún candidato a cargos municipales o congresuales fue electo en convenciones, todos fueron señalados por los jefes partidarios, cuando “el Jefe” hacía eso, era dictadura. Hoy se llama “democracia”, pero los jefes deciden quien será candidato y llaman a “elecciones libres y democráticas” para que ratifiquemos sus decisiones.
Nuestros “Diputados de Ultramar”, gente muy rica, literalmente “compraron” sus candidaturas, nadie los eligió, no responden a nadie, ni a quienes le vendieron el puesto.
Las elecciones en el exterior son un microcosmos de lo ocurrirá en el país. El voto en el exterior casi no creció en los últimos cuatro años. En el 2004 había 52,440 votantes inscritos, en el 2008 aumentó más de 100 mil, a 154,789, en el 2012 saltó más del doble, a 328,649, pero hoy, en el 2016, hay 384,522; sólo aumento 55, 000 votantes.
Los nuevos votantes, hasta éste domingo, ignoraban dónde deben votar. La Junta Central Electoral les habría enviado “cartas” diciendo donde deben votar. En las elecciones pasadas muchas de esas “cartas” llegaron varias semanas después de las votaciones.
Los jefes políticos quieren impedir nuestro voto.
Somos los dominicanos más libres e influyentes del mundo, cada uno influye sobre varios votos en la isla, de quienes reciben miles de millones en remesas. Se anticipa que aquí perderá el partido oficial, nuestro voto es libre de bono gas y tarjeta de solidaridad, aquí habrá conteo manual.
Nueva York expresa el sentir político real, no clientelar.