Algunos funcionarios y asesores del gobierno habían argumentado durante años que Punta Catalina operaria con carbón mineral porque “en el mundo no había gas”.
“No hay gas natural hasta el 2020”, decían.
Sin embargo, en el 2015, menos de un año después de iniciarse la construcción de Punta Catalina en el 2014, la empresa AES Panamá inició la construcción de una terminal de gas natural con capacidad para 180 mil metros cubico (30 mil más que la terminal de Andrés, Boca Chica), conjuntamente con una planta eléctrica de ciclo combinado a gas natural, de 380 MW, en Colon, Panamá. AES mantiene un contrato con la francesa ENGIE para el suministro de gas natural durante décadas.
La licitación la hizo la empresa estatal ETESA como parte de una estrategia del gobierno panameño para ampliar y diversificar la matriz de generación.
De igual manera, en el 2015 la empresa estadounidense Cheniere Energy Market LLC, firmó un contrato de 20 años con la chilena Biobioenergy para suministrar gas natural a una terminal flotante que se construye en Penco Lirquén, Chile, para abastecer plantas termoeléctricas de ciclo combinado de la Central El Campesino.
Es decir, sí que había gas natural “en el mundo” cuando se concibió y licitó a Punta Catalina pero, como dice el pueblo llano, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Danilo Medina no quería hacer la ingeniería y alianzas locales y extranjeras para desarrollar en el país una productiva infraestructura de terminal y plantas de gas natural en, por ejemplo, la costa norte del gran Cibao. Prefirió la contratación casi directa, sin rivales, de una central eléctrica gigante basada en carbón mineral, muchísimo más costosa que una de gas natural. Central de carbón que ya había palabreado en julio del 2012 con sus aliados, el trio carioca: Marcelo, Lula y Joao. Es decir, antes de jurar como presidente [16 de agosto] y mucho antes de que sus asesores descubrieran si había o no gas natural en el mercado internacional.
Lo cierto es que durante el periodo que se licitó a Punta Catalina los precios del gas natural cayeron por los suelos en los Estados Unidos, debido a una desorbitada sobreoferta que excedía la demanda de su mercado interno y también la capacidad del sistema de terminales de exportación. Pero, en el mercado internacional de gas natural operan grandes empresas suplidoras e intermediarias con muy diversos esquemas de contratación y comercialización del gas. Para aprovechar esas ventanas de acceso Panamá y Chile hicieron las licitaciones adecuadas y las empresas interesadas forjaron las alianzas de suministro correctas con grandes jugadoras del mercado, como AES, ENGIE y Cheniere Energy.
Ahora, en estos días en que las costosas vicisitudes de Punta Catalina se encuentran en fase avanzada, Bichara anuncia que ya apareció gas natural y que licitará la construcción de nuevas plantas basadas en ese combustible. ¡Cosas veredes!