Primera llamada: los vecinos de Capotillo, Cancino Adentro y otros barrios, aquí y allá, se han organizado (muy bien organizados y con armas de cualquier tipo) para vigilar día y noche en sus calles y callejones, y hasta linchamientos, aquí y allá, hemos visto. Segunda llamada: que el Estado, como se ha hecho en otros países, se coordine con esa voluntad ciudadana, para que evitemos la odiosa tercera llamada: que mañana, como también ha sucedido en otros países, los titulares de nuestros diarios disparen todos los días noticias protagonizadas por escuadrones de la muerte. Si seguimos como vamos…