Nueva York.-Desde marzo, el Ébola mató más de 4.000 personas en Guinea, Sierra Leona y Liberia, también infectó enfermeras en Europa y Estados Unidos. “Examinar” en aeropuertos estadounidenses a quienes llegan de países los afectados calma el miedo, creciente y virulento, alimentando prejuicios raciales contra negros, sin contener el virus.
El presidente Barack Obama debe atacar el Ébola usando la filosofía de la “Guerra Contra las Drogas”, contener el virus “en su origen”, Guinea, Sierra Leona y Liberia.
Necesitamos una coalición militar con una auténtica misión humanitaria: control epidemiológico. Como armaron aquella coalición para controlar el petróleo iraquí, deben armar una de médicos militares europeos y estadounidenses para controlar el Ébola en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Deben imponer políticas sanitarias estrictas, cuarentenas efectivas, medicando a los enfermos, dándole seguimiento a quienes estaban cerca de ellos y enterrando adecuadamente a los muertos.
Contra el Ébola ya ocurrió un importante milagro.
En el 47 aniversario de su muerte, vemos la Segunda Venida de Ernesto –Che- Guevara. Su espíritu de médico y luchador revolucionario retornó a luchar “junto” al imperialismo, sin traicionar su doctrina.
Entrenando guerrilleros independentistas en el Congo en 1965, Ché descubrió con amargura, que mucha gente solo quería “buscarse lo suyo”, y más nada. Descorazonado, le escribió a Fidel Castro: “Nosotros solos no podemos liberar a un país que no quiere luchar”, le sugirió enviar médicos y enfermeras, no más armas ni soldados.
Hoy Cuba envió 165 médicos y enfermeras a luchar junto a soldados estadounidenses contra el Ébola. Esa alianza entre archienemigos abre una inmensa ventana de esperanzas en esta lucha, mostrando un luminoso futuro para la familia humana
El Papa Francisco debe canonizar a su compatriota el Ché, porque su espíritu retornó a unir enemigos en Africa, para salvar y reconciliar a toda la humanidad.