Hace unos días Barack Obama fue llamado “anticristo” por un fanático religioso.
¿Por que? Muy simple: por primera vez un presidente se atrevió a denunciar los peligros del sectarismo, el daño que las iglesias cristianas le ocasionan a la sociedad norteamericana con sus posiciones integristas irracionales, segregacionistas y fanáticas.
Les pidió que detuvieran sus furiosos demonios sectarios integristas con los que corropen los principios pluralistas democráticos libertarios norteamericanos.
Les dijo que la democracia demanda que las religiones reflexionen y “traduzcan” sus preocupaciones religiosas particulares en “valores universales”; les señaló que deben “argumentar” sus propuestas para que sean “susceptibles al razonamiento”, que deben abandonar la subjetividad de una fe mandataria incapaz de funcionar en democracia. (¡Qué boche!)
Les ha hablado de la necesidad de alcanzar “principios comunes” partiendo de una “realidad común” y no de la “realidad fantástica” que rige la fe subjetiva que los mueve. Les ha hablado de la necesidad de actuar sobre las cosas que “todos vemos y escuchamos”, de las que deben nacer las leyes, basadas en el sentido común y el “razonamiento básico”. (De lo que se salvó, si lo dice aquí- por prieto y americano-tendría que escuchar la “amorosa” respuesta del cardenalazo).
Les explicó (como buenos estúpidos) que la nación norteamericana es plural: Judía, mahometana, atea, agnóstica, hinduista…que si los cristianos los expulsan para tratar de convertir a la nación en netamente cristiana todavía quedaría por resolver cuál de las interpretaciones de esa fe de Cristo prevalecería para dirigir las leyes y los valores del pueblo norteamericano:
¿La católica romana? ¿La ortodoxa? ¿La protestante?… anglicanismo, luteranismo, anabaptismo, calvinismo, pentecostalismo, restauracionismo, lefevrerismo…todas se han subdividido en cientos y se combaten entre sí, se atacan usando Biblias diferentes y diferentes interpretaciones…el problema seguiría igual, nada se resolvería en los Estados Unidos. (¡Ay mamasita! ¡qué lengua!)
Tiene razón el morenito: mientras que el pluralismo tolerante ha sido la principal característica de toda sociedad avanzada, el sectarismo integrista irracional ha sido la causa del atraso oscurantista de los pueblos. Por siglos, el enfrentamiento entre la luz y las tinieblas se ha dado entre hombres que procuran una “sociedad laica” y los que procuran una “sociedad devota” gobernada por mandatos inflexibles propios de mentes enfermizas, incapaces de actuar en los estadios más básicos del razonamiento humano, porque la fe les bloquea la razón y los mantiene idiotizados. (Muchos religiosos razonan mejor que nosotros y saben estas cosas pero se hacen los pendejos).
Las religiones, lejos de beneficiar las naciones donde operan, las someten a principios irracionales y las arruinan. Todas procuran la uniformidad, el pensamiento único; esencialmente la cristiana católica romana, una secta gigantesca que lanza sin sonrojo su propuesta fascista hitleriana de “Iglesia Universal” diciendo:
“Somos la única Iglesia de Dios, la única Santa con autoridad sobre la Tierra, la única que puede perdonar los pecados y llevar las almas al Paraíso, la apostólica, la universal, la depositaria de La Verdad… por ello debemos prevalecer sobre las demás , para gobernar la Tierra con Imperio de Dios , del bien y con el temor del infierno”.
¡Cuánta humildad! ¡Cuánta sensatez! ¡Cuánta inteligencia! ¡Cuántas verdades!
(Aquí entre nosotros: ¿Usted piensa que estas cosas se las puede creer un obispo inteligente?)
Y todavía existen gentes que llamamos honorables (cardenales, obispos, curas, seglares aliados…) que, tenidas por inteligentes y juiciosas, son consideradas guías de almas por propagar estas manifestaciones de locura extrema y de rabioso fanatismo que ha denunciado el presidente Obama.
Más bien debieran sentirse avergonzados de proponernos semejantes pensamientos absolutistas hitlerianos.
Dios nos agradecería que los llevásemos donde un buen siquiatra a ver si dejan de dividir a nuestros paisanos y abandonan sus locuras… predicar estupideces.
¡Pero que va! Todo seguirá igual en sus mentes. En su locura de fe permanecerán fieles a su Dios endemoniado, siguiendo sus iluminadas instrucciones.
Qué pena que aquí no tengamos a un Obama que ponga a estos curas enfermizos en su sitio y los mande “pa’l carajo”, que les impida continuar con su labor de propagar supersticiones sectarias a favor de un negocio multinacional que tiene un millón de empleados y riquezas incalculables, el que desde hace XVII siglos fundó el emperador Constantino I en Nicea (y no Jesucristo) la que debemos mantener con el sudor del presupuesto nacional que sale de nuestras frentes.
Oremus:
O Deus ne Obama nobis illae veritates nos laedas negotium.
(OH Dios no permitas que Obama diga esas verdades de nosotros que nos va a dañar el negocio)
Chorus:
Humilitas statuat nobis Dominus ut faciamus universa Ecclesia in hoc mundo.
(Danos humildad Señor para que podamos establecer la Iglesia Universal en este mundo.)