“Estamos optimista de que en el 2018 cumpliremos muchas metas”. En medio del desbordado optimismo que desata el jo jo jo de Santicló por los alucinantes pasillos de cada  “mall”,  y de las más fabulosas predicciones de los prestigitadores de la “macoeconomía” (en la economía bancentraliana siempre hay un maco), para complacencia de una alta burocracia no menos optimista, el alto empresariado predice que 2018 será un año de prosperidad, pues la riqueza crecerá en 5 por ciento. (Se impone una pregunta necia: ¿Cuántos de los cuatro millones de pobres y pobres extremos dejarán de serlo?).