Las profundas transformaciones que acompañan la acelerada introducción en las distintas sociedades de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, ha llevado a admitir que existe una nueva era, a la cual se aplican distintos nombres en el intento por identificar y entender el alcance de los cambios: “Aldea global”, “era tecnotrónica”, “sociedad postindustrial”, "sociedad de la información” y "sociedad del conocimiento", entre otros.

La noción de "sociedad del conocimiento" emerge hacia finales de los años 90; es empleada particularmente en medios académicos, mientras otros prefieren  "sociedad de la información". La UNESCO, en particular, ha adoptado "sociedad del conocimiento", o su variante, "sociedades del saber", dentro de sus políticas institucionales y la conceptualiza así: “La sociedad del conocimiento debe ser considerada como una nueva era, la cual promete cambios principalmente en instituciones educativas que deben encontrar la forma de incorporar tecnologías en los procesos de enseñanza aprendizaje, para lograr un nuevo conocimiento” (Enciclopedia libre Wikipedia).

Los estudiosos aceptan que las sociedades ha cambiado, pero la educación en general sigue organizada de acuerdo a pautas de una sociedad que ya no existe. Y sostienen que el modelo actual de educación y formación se originó y desarrolló durante la Era Industrial, de acuerdo con la ética weberiana del trabajo y nunca ha sido actualizado. En esa época las sociedades no educaban a todos hasta los niveles más altos; tampoco existía esa necesidad, ni esa conciencia. La educación ejercía la función de filtro laboral y social, porque separaba a los niños que debían ser trabajadores manuales de los cuadros, y a éstos de los técnicos y de los profesionales.

La sociedad de hoy es la sociedad del conocimiento y la información, por tanto el modelo educativo producto de la Era Industrial caducó. La nueva sociedad demanda una nueva educación para cambiar ese paradigma educativo.

En el año 2001, Partal anuncia que existía una nueva cultura que se distancia claramente de la cultura contemporánea de los siglos XIX y XX, y se vive en “el momento con mayor cambio social de toda la humanidad”.

Y Hernando (1999), citada por Pérez Trejo (2016), afirma que  la sociedad actual ha sufrido transformaciones culturales y valóricas, cuyas características son: (a) Cambio acelerado y permanente en los aspectos económicos, tecnológicos y sociopolíticos;  (b) Cultura de lo efímero y transitorio frente a lo estable y duradero de tan solo unas décadas; (c) Pluralismo, debilidad de creencias, relativismo moral, carencia de ideologías; y (d) Cambios de perspectiva en la captación de valores fundamentalmente humanos.

Para esta autora, la cultura produce un impacto en la economía, la sociedad y la política;  y el cambio económico y sociopolítico impacta  la cultura. Y los problemas ocasionados por estos cambios tan drásticos, han roto en buena parte el sistema de creencias heredadas del pasado sin ofrecer otras a cambio.

La sociedad de hoy es la sociedad del conocimiento y la información, por tanto el modelo educativo producto de la Era Industrial caducó. La nueva sociedad demanda una nueva educación para cambiar ese paradigma educativo.

En una reciente visita al país del educador, autor y ensayista norteamericano Marc Prensky para presentar  su conferencia Nativos Digitales: la Educación en la Sociedad Web, dijo a la prensa: “la educación del pasado ya no funciona, porque los niños estudiantes de hoy piensan de forma diferente”.

Los nuevos escenarios en el que se desarrollan los estudiantes de hoy obligan a crear ambientes de aprendizaje que los preparen para asumir responsabilidades en un mundo en rápido y constante cambio tanto social, como económico y tecnológico.

El profesor de la Universidad de Málaga, España, Ángel Pérez Gómez considera que cambiar la educación es, sin duda, una de las mayores necesidades y al mismo tiempo uno de los mayores desafíos que enfrenta la nueva sociedad, pues hace tiempo que el modelo actual de educación no prepara a los estudiantes para el mundo en el que van a actuar profesional y socialmente. Los sistemas escolares de hoy son del siglo XIX. Y se pregunta: ¿Por qué obligar a los estudiantes a retener la información, memorizar, si pueden acceder a la misma información en cualquier momento desde cualquier lugar? De ahí que "El reto de nuestra escuela es formar mentes que sepan pensar, orientar, decidir y actuar". En consecuencia, defiende un cambio radical en los currículos y metodologías para adecuar las escuelas a la era digital, porque “Nuevas tecnologías con viejas pedagogías no sirven para nada”.

El sistema educativo de RD requiere múltiples cambios para adecuarse a la sociedad dominicana actual y visión de futuro. Sus carencias son evidentes, no obstante en los últimos años se ha avanzado un poco. El trabajo del MINERD debe sentirse en cada escuela del país, independientemente de la distancia y las condiciones, como las que describe Vianco Martínez en sus reportajes publicados recientemente en Acento.com.do, de las “escuelas” ubicadas en las montañas de Padre Las Casas. Aunque para lograrlo, al parecer deberá fortalecer la capacidad técnica de  direcciones generales, regionales y distritales.