Nueva York.-La obscenidad, dice Jean Baudrillard, comienza cuando no hay más espectáculos, dramas ni ilusiones, no más escenarios, ni teatro; cuando todo se hace inmediatamente transparente, visible, expuesto a la cruda e inexorable luz de la información y la comunicación.

El principal “líder” opositor, Miguel Vargas Maldonado, con menos escrúpulos que una súper estrella de la pornografía, se levantó de la cama que compartía con el ex presidente Leonel Fernández durante ocho años. Y se acostó en la del Presidente Danilo Medina.

Miguel se desnudó y los desnudó a todos ante el país, él demostró que da lo mismo Danilo que Leonel.  En otra escena de esta pervertida pornografía, la “esperanza liberal nacional”, Luís Abinader, se acuesta con Vincho Castillo y su grupúsculo minoritario ultraderechista.

Cuando los legisladores “de Miguel” supieron que serían vendidos, se adelantaron ofreciéndose directamente a la venta, esto es pura depravación.

Si Danilo y Luís fueran “políticos serios” forzarían a una alianza de Vincho y Miguel, pero al final, ¿qué más da?, todos son iguales.

Nos dejaron dos caminos: el “reeleccionismo”, sigue Danilo, o el “retornismo”, vuelve Leonel, ciertamente escogimos el menos malo.

Yo, como el Cándido de Voltaire, estoy absolutamente convencido de que todo obra para bien. Este fracaso de la pornografía homo-erótica, –todos son varones feos, insufribles y nada sexy, pero ofrecen una gran lección.

Estos tipos son iguales y se cuidan mutuamente, como miembros de esa subespecie humana conocida como “clase política”.

Retomemos el movimiento que impuso el 4% para la educación con su técnica central: un objetivo común y una organización horizontal sin líderes. Con persistencia y consistencia, alcanzamos resultados tangibles. Los políticos le obedecen al pueblo decidido y organizado. Está demostrado.

Los políticos sólo actúan obligados, con el 4% logramos obligarlos, cuando retomemos ese camino, el futuro será nuestro.