Yuval Noah Harari en su último libro 21 lecciones para el Siglo XXI, en una de sus muchas reflexiones, nos dice la importancia de las cuatro ces: “Pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad”. Es la parte sustancial de las habilidades blandas que desborda y trasciende las necesidades técnicas. Es lo vital hoy para ponderar sobre la realidad, más allá de lo vertical, del compromiso político, de la desinformación, distorsión y manipulaciones.

La Posverdad gana juego, empero, nunca campeonato, sobre todo en la Sociedad de la Información donde todos y todas tenemos acceso a las mismas informaciones, a la data y al big data. ¡Lo importante es qué hacemos con ellas y cómo las validamos en la búsqueda de la verdad, que es el verdadero encuentro con la realidad y el sentido de la evolución humana!

En esa guerra sistemática de los hacedores de opinión pública y de los funcionarios, juegan de manera sempiterna por construir su “verdad”, su “realidad”; sin embargo, el juego de intereses y del “poder” de la hegemonía cultural, vía la creación de imágenes y “realidades”, se desmorona. Es el caso del Ministro de Hacienda que niega lo divulgado por The Economist y del Director de Competitividad que desde el Palacio “socializó” el Índice de Competitividad del Foro Económico Global de una manera cerril, disfraz, mendaz.

¿Qué nos dijo The Economist acerca del comercio ilícito en la Republica Dominicana? “El comercio ilícito se disparó en el país en los últimos años. Los factores que explican esta aseveridad son “La informalidad de la economía, la corrupción entre militares, las frecuentes reformas tributarias y la evasión fiscal”. Todo esto es expresión y fruto de un problema de gobernanza y de instituciones débiles. En ese índice de The Economist ocupamos el puesto 71/84. ¡Seguimos siendo grandes en las cosas pequeñas y pequeños en las cosas grandes! El Informe de The Economist no aborda de manera taxativa que estamos entre los países líderes en: falsificación de bebidas alcohólicas, en adulteración y alteración de medicina y tergiversación de los cigarros.

Hoy, hay en los hacedores de opinión pública del statu quo, un deseo irrefrenable por la autocomplacencia, por desconocer el inmenso caudal de elementos que concurren en una situación. Asumen su “verdad” como el juego de la cultura del acuario, en medio de un mundo tan complejo y tan diverso que no es posible. ¡El clic los desnuda o la alienación los desconcierta, de allí el enorme desparpajo, desenfado y la falta de decencia!

El Banco Mundial nos tocaría de manera nodal la problemática del Capital Humano como factor medular de capacidades productivas. El Foro Económico Global a través de su Índice de Competitividad nos define competitividad como “el conjunto de instituciones, políticas y factores que tienen que ver con la productividad de un país determinado”. El Capital Humano es conocimiento, habilidad y destreza. El Banco Mundial nos midió en varias aéreas fundamentales, estratégicas: educación, salud, género, nutrición.

Obtuvimos un ranking de 101/157 y 18/20 en América Latina. 0.49, solo por encima de Guatemala y Haití. El promedio real de escolaridad es de 6.3. Perdemos 5 de 11 años en el aula. En salud, como nos advierte el apreciado economista Pavel Isa Contreras, “una persona de 15 años tiene un 84% de probabilidad de llegar a los 60 años y un 16% de morir en el camino. Al mismo tiempo un 70% de las niñas y los niños sufren retardo de crecimiento”. ¡El Capital humano está en un difícil tránsito en la sociedad dominicana! Más allá del crecimiento, los apologistas del sistema no tienen la más mínima sensibilidad con los sectores más excluidos del cuerpo social. Se entretienen con su apostasía del clientelismo.

El Banco Interamericano de Desarrollo – BID – en el Capítulo de Gasto y el ciclo de su Estudio Mejor gasto para mejores vidas, nos señala “… los gobiernos no pueden aumentar permanentemente el gasto en los buenos tiempos (a medida que los ingresos fiscales) e incrementar aún más el gasto en tiempos difíciles (para lidiar con la recesión) sin poner en peligro la sostenibilidad de la deuda soberana”. Con la crisis Subprime del 2008, las dos medidas contra cíclicas que asumió el Banco Central, de manera exitosa, no guarda relación con la política expansiva desde el Poder Ejecutivo. Un contraste, desde entonces, entre la política monetaria y financiera y la fiscal. Los ingresos crecen pero los gastos se duplican. La economía crece, no obstante, la deuda se multiplica cada año. El PIB crece y la deuda, aún más.

El BID en su consulta con la sociedad civil nos decía en junio del 2017:

  1. La expansión de servicios educativos y el aumento del gasto no se han traducido en mejoras en la calidad. Los peores resultados en la región y a nivel mundial: Baja cobertura en educación inicial. Tasa bruta de matrícula 44%, a nivel nacional y 73% en América Latina y el Caribe.
  2. 90 mujeres de cada 100,000 nacidas vivas mueren por causas relacionadas al embarazo. En América Latina y el Caribe: 67.
  3. Oportunidades de mejoras en la eficiencia del gasto en asistencia social: Un 40% del gasto no se focaliza con criterios oficiales.
  4. Altas tasas de embarazo adolescentes: 97 nacimientos por 1000 mujeres con edades entre 15 a 19 años, comparado con 64 nacimientos en promedio en América Latina y el Caribe.
  5. Altas tasas de feminicidios, solo superados por Honduras.
  6. Baja participación en el mercado laboral: 46% para mujeres Vs. 69% para hombres. Brecha de salarios por género del 21%.
  7. El gasto tributario es muy elevado: 6.5% del PIB y los beneficios sociales neto muy modesto o incluso negativo.

Finalmente, qué nos dice el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Global, del 2018 (hubo un cambio de metodología, al igual que lo hizo Transparencia Internacional en el 2012). Lo importante es valorar en función del promedio en el ranking que obtiene cada país, no en función de contrastar con el año anterior cuando se cambió la metodología pues eso significa una burda y tosca comparación. El ranking de 137 países fue de 82, para nuestro país. En los 12 Pilares solo alcanzamos dos pilares por debajo del promedio. A saber: Ambiente macroeconómico (49) y Tamaño del Mercado (68).

1) Instituciones. 129/137

2) Infraestructura. 101/137

3) Ambiente Monocromático. 49/137

4) Salud y Educación Primaria. 105/137

5) Educación Superior y Entrenamiento. 93/137

6) Eficiencia  de los Mercados  de bienes. 115/137

7) Eficiencia  del Mercado laboral. 117/137

8) Desarrollo  del Mercado Financiero. 99/137

9) Disponibilidad  Tecnológica. 87/137

10) Tamaño  del Mercado. 68/137

11) Sofisticación   de los Negocios. 85/137

12) Innovación. 120/137

En el Pilar Institucional, que abarca 21 ítems, quedamos desnudos en la plaza pública: Desvío de fondos públicos ( 135/137); Confianza pública en los partidos ( 136/137); Pagos irregulares y sobornos (116/137); Independencia del poder Judicial (130); Favoritismo en las decisiones de los funcionarios del gobierno (136/137); Eficiencia del gasto gubernamental (131); Costo empresariales del crimen y la violencia (125/137); Fiabilidad de los servicios policiales (132/137); Comportamiento ético de las empresas (132/137).

  1. Derechos de propiedad 97 3.9
  2. Protección de la propiedad intelectual 82 3.8
  3. Desvío de fondos públicos 135 1.8
  4. Confianza pública en los políticos 136 1.5.
  5. Pagos irregulares y sobornos 116 3.0
  6. Independencia judicial 130 2.3
  7. Favoritismo en las decisiones de los funcionarios del gobierno 136 1.7
  8. Eficiencia del gasto gubernamental 131 1.8
  9. Carga de la regulación del gobierno 117 2.7
  10. Eficiencia del marco legal en la solución de controversias 112 2.8
  11. Eficiencia del marco legal en regulaciones desafiantes 115 2.6
  12. Transparencia de la formulación de políticas gubernamentales 89 3.8
  13. Costos empresariales del terrorismo 15 6.0
  14. Costos empresariales del crimen y la violencia 125 3.0
  15. Delincuencia organizada 115 3.9.
  16. Fiabilidad de los servicios policiales 132 2.5
  17. Comportamiento ético de las empresas 132 2.8
  18. Fuerza de las normas de auditoría y presentación de informes 84 4.3
  19. Eficacia de los consejos corporativos 91 4.6
  20. Protección de los intereses de los accionistas minoritarios 100 3.7.
  21. Fuerza de la protección del inversor 0-10 (mejor) 79 5.3

Es oportuno acotar los dos años precedentes de los índices de competitividad (2015-2016 y 2016-2017), no para buscar semejanza o diferencia sino verificar que seguimos en un atascamiento, en un profundo anquilosamiento, determinado por la ausencia de políticas públicas audaces que nos conduzcan por un escenario más plausible de desarrollo social.

El Foro Económico Global 2015-2016 en el Pilar Institucional nos dijo lo siguiente:

  1. Confianza del Público en los políticos (125/140)
  2. Favoritismo en las decisiones de puestos gubernamentales (126/140);
  3. Malgasto de los Fondos Públicos (116/140);
  4. Comportamiento Ético de las firmas (130/140);
  5. Confianza en Servicios policiales (137/140);
  6. Crimen organizado (112/140);
  7. Manipulación de Fondos Públicos (134/140);
  8. Independencia del Poder Judicial (105/140).

En el 2016-2017, esos mismos indicadores del Pilar Institucional quedaron así:

  1. Confianza del público en los políticos (130/138);
  2. Favoritismo en las decisiones gubernamentales (128/138);
  3. Malgasto de los fondos públicos (111/138);
  4. Comportamiento ético de las firmas (130/138);
  5. Confianza en servicios policiales (133/138);
  6. Crimen organizado (111/138);
  7. Manipulación de fondos públicos (133/138);
  8. Independencia del Poder Judicial (127/138);
  9. Costo del negocio por el crimen y la violencia (122/138).

Como nos diría David Casassas en su libro Libertad incondicional: “No podemos bailar al son de los disparos a los pies que nos hacen saltar frenética y asustadizamente, de pedazo de actividad en pedazo de actividad. Esto no es vida. Y, por supuesto, esto tampoco es democracia”. Mucho menos la falsificación de la verdad y la mentira.