Sí, Janel, como a ti, a todo ser sensible de esta tierra le duele el alma. Si, Janel, la muerte de tu madre es, como dices por todos, solo un resultado de lo que hoy es nuestro país y nuestra sociedad. Sí Janel, todos somos huérfanos y nos han quitado nuestro país. Sí, Janel, millones de dominicanos estamos, como tú, indignados por la falta de educación, por la falta de valores, por la falta de capacidad de las autoridades para hacer su trabajo. Sí, Janel, nos duele el alma como a ti. Pero la esperanza vive y vivirá, y un día cualquiera del futuro la fuerza renacida de este pueblo hará que Delcy sonría en el más allá.