Iniciamos el año 2021 con la conciencia de que son nuevas posibilidades que se nos presentan para seguir avanzando, sin embargo, no es un secreto de que seguimos atentos a las situaciones de salud y cómo seguirá su transcurso esta realidad sanitaria.
Durante todo el año 2020 muchas cosas que nos sostienen y nos mantienen en pie, tales como la confianza, la esperanza, los sueños, metas, ilusiones se han puesto a prueba durante todo este tiempo de crisis. Sabiendo que los momentos de crisis siempre dejan algo de aprendizaje, y en eso estamos, viviendo y contando dichos aprendizajes.
Si hacemos una mirada retrospectiva nos daremos cuenta que este proceso sanitario que hemos vivido a nivel global, inició con mucho temor, y somos conscientes de que el miedo afecta directamente al sistema inmune, de tal modo, que, con un sistema inmune frágil, cualquier situación médica se puede agravar.
¿Cómo estamos viviendo este tiempo?
Las metas, propósitos y desafíos para este año, ¿cómo van? En sentido general, al iniciar un nuevo ciclo abrimos en nuestro interior un espacio para soñar, para crear, para imaginar un mundo mejor a nivel personal, familiar o global.
Sabemos que en cada momento del año nuestro interior no está de la misma manera, no obstante, va a depender mucho de cómo nos reinventemos, aseguraremos algunos logros, los cuales no sólo dependen de nosotros, sin embargo, si ponemos todo lo que está de nuestra parte muchas cosas irán hacia adelante.
De la manera, que, de la forma en que estemos viviendo este tiempo van a depender muchos factores en nuestra vida, y de eso somos conscientes, en cambio, a la hora de hacer frente a todas las realidades sabemos que, es muy favorable gestionar bien nuestro sistema emocional, pues si hay algunos desórdenes a nivel de algunas emociones, los resultados no serán tan saludables. Por tanto, vivir de forma consciente será lo mejor que nos pueda pasar.
No tener miedo
El miedo es una emoción y en un primer momento nos permite estar alertas y darnos cuenta de lo que sucede o puede suceder. Por tanto, nos ayuda a estar en condiciones de cuidado y protección, sin embargo, cuando el miedo se transforma en algo muy fuerte y continuo, se va complejizando y termina en pánico. Y el pánico nos paraliza, hace que todo sea más complejo, que estemos más tiempo centrados en la negatividad y la desesperanza.
La invitación a no tener aparece no sólo en la psicología positiva, sino también en las sagradas escrituras, donde aparece cientos de veces desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento la expresión “no teman”. Es decir, desde el Génesis hasta el Apocalipsis aparece la invitación a no tener miedo.
No tener miedo y gestionar la paz
En el evangelio de Marcos 6, 45-52 aparece el pasaje donde los discípulos en medio de una tormenta en el mar se encuentran con mucho miedo, de pronto Jesús caminando sobre las aguas, cuestión que puso su miedo con mayor fuerza, y desde ahí surge la invitación del maestro “no tengan miedo”. Y así, podemos encontrar muchas otras citas que refuerzan esta certeza a no tener miedo. Aunque sabemos que cuando todo está bien, no tener miedo se hace fácil, más, cuando hay turbulencias, es toda una maestría aprender a vivir sin miedo y en modo confianza. Pero la invitación sigue ahí.
Hoy más que nunca, estamos llamadas e llamados a no tener miedo, a buscar en nuestro interior la certeza, la esperanza, la fe y la confianza. Sabemos que esto exige de activar nuestra positividad, de buscar apoyo, de conectar con la fuerza interna, pues bien, pongamos todos esos recursos y pongamos en alto la confianza, pues cuando estamos vibrando desde la esperanza nuestros cuerpos son más saludables, estamos más protegidos y nuestro sistema inmune responde mejor, de modo que, existen menos riesgos de tener situaciones delicadas de salud. No tener miedo y conectar con la confianza, una buena clave para este año 2021.