Curioseando y curioseando por esta calle El Conde que ya no es mía ni tuya (sino del tigueraje callejero más atroz), caí en el Panteón de los padres de esta patria que ya no es mía ni tuya (sino del otro tigueraje politiquero que la roba), e intenté conversar con los tres que protagonizaron aquel sueño, para ponerlos al tanto de lo que nos pasa. Eso no fue posible, porque estalló la vieja risotada de Pedro Santana y Tomás Bobadilla, los padres putativos de la patria cruelmente verdadera… (Y por esa bulla cancelé mi propósito y me largué, cargando como siempre mi pesada tristeza).