El salón de prensa de la JCE lucía impresionante, desbordado de tecnología por todas partes, con una enorme pantalla gigante para informar los resultados presidenciales y 32 pantallas para los municipales y congresuales, creando la sensación de que estábamos en el primer mundo, pero sin recoger lo que realmente ocurría en la parte más importante de las elecciones: los colegios electorales.

El jefe de la Misión de Observación de la OEA, presidente Andrés Pastrana, expresó que “si no hubieran aprobado el conteo manual, no hubiera habido conteo electoral”, y esta frase describe de una manera elegante pero contundente lo que representó el conteo electrónico y los equipos que le servían de soporte en las elecciones del domingo.

Sobre el aspecto destacado por la OEA hubo coincidencia entre los observadores internaciones de la OEA y UNASUR y los domésticos, Participación Ciudadana (PC). Pero además todos los medios de comunicación tuvieron que informar con mayor o menor precisión las dificultades que se presentaron al no llegar una parte importante de los equipos a los colegios electorales, o en el funcionamiento de los que llegaron.

En el informe de la OEA se describe este tema de la siguiente forma: “se registraron retrasos y fallas en la entrega de los kits electrónicos”. “La principal fragilidad de la jornada estuvo en el uso de los equipos técnicos”. Por su lado, el informe de PC añadió estadísticas  al señalar que en el 29.3% de los colegios el capta huellas no fue instalado y lo mismo ocurrió con los escáneres en el 27.4% de los colegios, cifras escandalosas que revelan un serio problema de logística que ya había sido detectado en el simulacro del 1 de mayo, pero no pudo ser corregido a tiempo.

PC reportó problemas con los equipos durante el conteo de los votos, alcanzando al 62.4% de los colegios, incluyendo escaneo y transmisión. Al respecto la OEA dijo: “En el cierre se repitieron los inconvenientes con las máquinas  y la modalidad manual… terminó siendo indispensable para evitar conflictos en esta etapa de la jornada”.

Algo tan elemental como las conexiones para alimentar de electricidad a los equipos presentó problemas en el 10.5% de los colegios de acuerdo al informe de  PC y la OEA lo señaló diciendo que “estas herramientas tecnológicas durante la jornada tuvo serias dificultades” por la “falta de condiciones de infraestructura periférica para su correcto funcionamiento”. También señaló “falta de capacitación o familiarización de los técnicos” y “falla en el reconocimiento de los códigos de seguridad”.

PC informó que hubo problemas de conectividad para poder transmitir los resultados en el  11% de los colegios. En el 16.4% de los colegios se interrumpió temporalmente el proceso de votación por acciones de los delegados de los partidos, de los presidentes de los colegios o por desórdenes o violencia.

PC comparó, en los colegios de su muestra, los resultados electrónicos versus los manuales, solo en la boleta presidencial, y las diferencias no eran estadísticamente significativas, siendo este un punto positivo en las elecciones. Danilo obtuvo 62.3% en el conteo manual versus un 62.8% en el electrónico, para una diferencia de 0.5%; Luis 34.2% y 33.9%, para una diferencia de 0.3%; en los conteos de Hatuey, Wessin, Pelegrin y Minou no hubo diferencias y en los de Guillermo y Aquino la diferencia fue de solo 0.1%. En lo que respecta a la boleta presidencial, la precisión del escaneo pasó la prueba con buena nota.

Otro dato positivo es que en el 93% de los colegios se leyó en voz alta a quién favorecía cada voto y se mostró la boleta, tal como lo manda la ley.

Al final del día de la votación las tensiones volvieron a subir cuando la JCE comenzó a divulgar los resultados electrónicos minutos después de la hora de cierre  de las votaciones, que fue extendida hasta las 7 PM, sin esperar su verificación a través del conteo manual. Esto hizo protestar a los partidos de oposición, que creían tener  un acuerdo de que la transmisión se haría solo después del conteo manual.  El presidente de la JCE ya había presentado sus disculpas porque no podría cumplir su promesa de divulgar resultados temprano, pues al haber tenido que aceptar el conteo manual en el tres niveles se retrasaría su divulgación. Pero no, a pocos minutos de la hora del cierre de las votaciones, comenzaron a divulgarse resultados preliminares, que desde el inicio daban ganador al partido oficial con más de un 60%.

Durante cerca de tres horas la JCE estuvo divulgando resultados con un formato que incluía un recuadro titulado “cargos ganados hasta el momento” y donde se colocaban los senadores, diputados, alcaldes, regidores ganados por cada partido. El problema es que esta información estaba basada en poquísimos colegios computados y aparecía en el recuadro el PLD arrasando con la mayoría de los cargos. Es cierto que el presidente de la JCE informó verbalmente que esos datos no representaban aún una tendencia (habían casos en que solo se habían contados dos o tres colegios), pero aquellos que no lo escucharon, pero leían la pantalla debieron pensar  que ya el conteo estaba terminando, cuando apenas estaba comenzando.  En un momento de la noche desapareció de este recuadro las siglas del principal partido de oposición.

Esta situación, creada innecesariamente por el único interés de comenzar a dar resultados en el momento más temprano jamás registrado en la historia electoral dominicana, generaron protestas y tensiones, y de todas formas tuvo que ser descontinuado antes de la media noche debido a los problemas de los equipos, que dejaron de transmitir informaciones que permitieran seguir alimentando esas pantallas de resultados.

Sorprendente fue el anuncio del presidente de la JCE, el día antes de las elecciones, en el sentido de que 3,000 auxiliares técnicos habían renunciado, y los rumores que corrieron de que habían sido presionados a renunciar. PC recoge en su informe que en el 90% de los colegios estuvieron presentes los auxiliares técnicos, lo que representa una ausencia de solo 1,533. PC también señala que los auxiliares técnicos no pudieron resolver el 21% de los problemas que presentaron los equipos, lo que plantea un problema serio o en los equipos o en la capacitación de los auxiliares.

Estas elecciones demostraron un serio problema de planificación y gerencia. La OEA señaló que hizo falta  más simulacros que permitieran corregir los errores  y declaró que “la implementación de innovaciones tecnológicas  debe ser paulatina, permitiendo que tanto las autoridades electorales como los partidos  y la sociedad en su conjunto  estén preparadas para cambios tan significativos.”

La OEA además señaló que “lo sucedido el domingo confirma que la introducción de tecnología no posee únicamente una dimensión técnica. La implementación de avances tecnológicos debe tomar en cuenta consideraciones políticas y sociales a fin de construir consensos indispensables para aumentar la confianza.”

Durante la recta final previa a las elecciones la JCE se convirtió más que en un administrador del proceso electoral, en un contendiente, censurando a través de su vocero a los partidos políticos y a observadores como Participación Ciudadana y evitando reunirse con éstos, lo que motivó el siguiente párrafo en el informe de la OEA: “La Misión… lamentó que no se abrieran las puertas para un diálogo con los partidos. La Misión reitera que la comunicación fluida, permanente y formal entre autoridad, partidos y ciudadanos es fundamental para el desarrollo exitoso de todo proceso eleccionario.”

La culpa de lo ocurrido, incluyendo las seis personas que han perdido la vida hasta ahora,  no la tienen los auxiliares técnicos, pues sería como echarle la culpa de un problema a un cajero en vez de al banco que lo contrató. Tampoco la tiene el conteo manual, que siempre se ha utilizado en el país. Como en todo proyecto, tanto en el sector público como en el privado, la responsabilidad la tiene que asumir la gerencia. La JCE tiene la responsabilidad de rendir cuentas al país e informar todas las anomalías ocurridas y las causas que lo originaron.

Hay muchas lecciones aprendidas para la organización de futuras elecciones y esperamos que no volvamos a tropezar con la misma piedra.