(Al padre Chelo quien se ha dedicado a atacar al carnaval de La Vega) (Malaventurados los enmascarados porque de ellos será el reino del Infierno)

Sin dudas que esta última comparsa “Nicolás Den Den” ha sido la más pornográfica de todas las comparsas, porque el Oso pretende acabar con las magnificas manifestaciones culturales del Carnaval Dominicano. Su comparsa representa la celosa reacción propia de una institución absolutista, extraña y antinacional que se siente seriamente amenazada por el avance de las ideas libertarias de un pueblo y Estado Laico, por la hermosa cultura espiritual que han manifestando nuestras gentes humildes en sus recientes Carnavales  Populares.

Como expertos chantajistas

Semejante despropósito es un chantaje al pueblo y al Estado dominicano, como acostumbran ellos. Al revisar la Constitución, no encontramos ningún articulado que hablara del derecho que se arroga la Iglesia para alegar que son dueños del calendario, de los deseos y el destino del pueblo dominicano. Ya se lo dijo el general Santana al Arzobispo Portes cuando hace 150 años lo mandó a la Mierda, 9 años después de su traición a Duarte y a la Independencia, cuando lo excomulgó de la Iglesia. (Actuaron como traidores y ahora queriendo proteger la Patria).

La Iglesia, en su vocación dominio y soberbia, solo suele apoyar aquellas formas de manifestación cultural que favorecen la conservación de su poder terrenal (lo único que le interesa) persiguiendo toda manifestación que traspase “la línea por ella trazada”, la que pueda poner en peligro su autoridad y su prevalencia, sabiendo que cuando la cultura florece su absolutismo desfallece.

Odio a la cultura popular

Ciertamente, la Iglesia odia toda forma de “cultura espiritual superior y auténtica”, esencialmente la popular, la energía vital que nace del seno del pueblo llano; y lo hace porque es una institución elitista, que jamás ha amado a los pobres de la tierra, solo los utiliza; como dueña de las llaves del cielo y del infierno, es y actúa como una casta privilegiada que vive apegada al pasado, enemiga de todo lo que signifique creatividad liberadora.

Por ello odia y combate todo aquello que trastorne su “agenda calendaria” con la que mantiene programada la conciencia y la rutina secular de las masas ignorantes. Acostumbrada a imponer su agenda, este año ha visto con asombro que las masas se han lanzado a las calles en Carnaval, rechazando sus templos fríos, abandonando sus desacreditadas iglesias pederastas. Como hipócrita que es, siente celos de una carne y un deseo de vivir que nosotros celebramos y que ellos también comen y celebran pero en la penumbra de los hábitos religiosos con que disfrazan sus conciencias pecadoras.

Ciertamente, La Cultura ha sido una amenaza; desde siempre la Iglesia le ha declarado la guerra a toda forma de cultura superior, por lo menos hasta que, reconociendo su fuerza y predominio, se ha visto en la obligación de adoptarla, no sin antes aplicarle la cuchilla y la censura para mutilar sus partes peligrosas, (como Il Braghettone y Miguel Ángel) contaminándola con dogmas retorcidos que reniegan del espíritu creativo que llena a las gentes y a los pueblos.

Desprecian la alegría

A la Iglesia le molesta ver a pueblos alegres, los quiere compungidos y tristes, domesticados, sin brios, sometidos a su voluntad, temerosos de la muerte; muerte y tristeza que explotan como “los dueños del circo”.

Desde siempre las energías culturales y sociales han tenido que luchar con firmeza contra la coacción y el dominio eclesial que han visto en ellas a un enemigo peligroso, al que hay controlar y obstaculizar. Control y poder es su divisa, son expertos terroristas de la mente humana.

Desde siempre, para alcanzar una nueva etapa de evolución espiritual y pensamiento cultural, todo pueblo ha tenido que luchar contra las autoridades religiosas que se encuentran enquistadas en el poder estatal, medrando de los dineros del pueblo, apropiándose de todo, recibiendo riquezas a cambio de los favores que les brindan a sus iguales poderosos simuladores que, como ellos, mutuamente se mienten, llevando una doble vida, todos diciéndose creer en los dogmas infernales.

Mientras la Iglesia es estéril y castrante, la cultura popular del Carnaval dominicano se muestra fecundante y creativa.

A la lucha

Diablos de La Vega , Platanuses de Cotui , Cachúas  de Cabral , Lechones de Santiago , Macaraos de Bonao  y de Salcedo, Toros  de Montecristi, Catarrones de San Francisco de Macorís, Taimácaros  de Puerto Plata, Judas de Navarrete, Avechisas  de Mao, todos a luchar contra la opresión de una Iglesia que pretende acabar con nuestro Carnaval, mientras que, como buenos hipócritas, ellos permanecen el año entero disfrazados en su comparsa de “Curas de Dios”,  luciendo “disfraces de obispos”, cambiando sus colores, pero siempre ocultando sus plumajes pajariles, como “Roba la Gallina” que son, como ¡Ay papá , ay mi hijo! , dejando sus proles abandonadas en las calles de Dios, como pésimos “hechores” cristianos.

Nicolás Den Den y sus comparsas

Sin embargo, mientras nos quieren boicotear el Carnaval, ellos permanecen todo el año jugando a:

“A qué no me quema el Papelón”, a “Dame lo Mío”, metiéndonos miedo con “La muerte en Yipe” y asustando a los niños con “La “Serpiente del Paraíso” y, sobre todo, “chuvándonos” al amenazante Oso Religioso llamado “Nicolás Den Den” que ahora con su   comparsa de mitrados pretende destruir el Carnaval Dominicano, fuente de recursos y empleo para los pobres artesanos y vendedores ambulantes. Sin embargo, ellos se pasan   los 365 días del año cobrando diezmos por sus shows carnavalescos ,disfrutando, celebrando sus “Carnavales Religiosos”, exhibiendo sus interminables y conocidas comparsas religiosas, a saber:

La Natividad, La Asunción, El día de la Altagracia, El domingo de Resurrección y de Ramos, El Bautismo del Señor , La  Anunciación, El Corpus Cristi, La Transfiguración, La Ascensión, El  Inmaculado Corazón, La Visitación, La  virgen del Carmen, La fiesta de  Todos los Santos, la de San Pedro y de San Pablo, la de  San Caralampio etc., etc., etc., ) exhibiendo por las calles a sus Santos Paganos muñecos en destemplados y tristes cortejos, en ridículas Procesiones Medievales, todos disfrazados, echando humos agoreros, como los brujos supersticiosos que son, enseñando estupideces a nuestro pueblo, pero como siempre,  ocultando la comparsa de “Marimantas  pedófilas” de    Higüey, donde se violaron niños y niñas, vendidos por Gonzáles Padial para que fueran sodomizados  por los curas enfermos, los protegidos por los altos mitrados, los del albergue de Higüey.

270 días al año de “Carnaval Pastoral”

Desde siempre, celebrando sus “Fiestas Patronales” libertinas y lupercales, nueve días en cada pueblo, adornando los parques y las iglesias con botellas de ron y de cerveza, picando a los comerciantes, emborrachando a las gentes con la droga del Dogma, obligándolas a rendir culto a su “Santos Patrones”, a muñecos fantasmales inexistentes que solo les sirven de monigotes para engañar y entretener a las gentes. Sumados los 52 domingos de Misas y los 40 días de la Cuaresma.

¡No me jodan ustedes!

El abrazo del Oso Nicolás Den Den

¡Pueblos de Quisqueya han llegado los tiempos de “Sodoma y Camorra”, despierten y protesten, a la camorra, antes de que el Oso Religioso Nicolás Den Den, el de la “Comisión Asesora Permanente para la Separación del Carnaval de la Cuaresma, los abrace y se los almuerce como hostias, protestad contra esta Iglesia represora que vive envidiosa de nuestro Carnaval! … ¡Uníos con fe, luchad qué Dios les dará la victoria!

Oremus:

¡OH Dios!  llévate esos curas envidiosos que saben que nuestras comparsas son más originales y vistosas que las de ellos. Coro… Aléjalos Señor.

¡OH Dios! no permitas nunca que “Nicolás Den Den” le gane un concurso de disfraces a nuestro “Roba la Gallina”… No lo permitas Señor.

¡OH Dios! mándale truenos y lluvias que mojen sus caretas, y sus rostros queden descubiertos… Mójalos Señor.

Ahora digan todos:

¡OH Señor! aplaca la furia de estos ensotanados que no se conforman con tener 52 domingos del año, 40 días de Cuaresma y 32 semanas enteras, una por cada provincia, para celebrar sus Fiestas Patronales Carnavalescas Paganas.  En el nombre de los padres Diablos de La Vega, los hijos Lechones de Santiago y los espíritus de los Platanuses de Cotui. Amén.

Posdata

Y recuerda: cuídanos del abrazo del Oso Nicolás Den Den y su comparsa que, aunque tiene un domador, “baila en la calle” y dicen que no aprieta, él sí sabe apretar.