Exultante, Rubén Maldonado, presidente de la Cámara de Diputados dice que la posición del presidente Medina expresada en su carta a los legisladores para que “nos pongamos de acuerdo y saquemos la Ley de Partido” permitirá que en pocos días se llegue a un acuerdo sobre ese tema.  Una correcta lectura de la carta de Medina no permite justificar el optimismo de Maldonado, ni el que expresan algunos sectores de la oposición por la carta de marras, pues los contenidos de esta no permiten inferir o concluir que estamos ante la antesala de un acuerdo general entre todas las fuerzas políticas para superar las diferencias en torno a las primarias porque a este debe anteceder un acuerdo particular entre Leonel y Danilo.

Acorralado, Danilo maniobra para ganar tiempo y en búsqueda de una salida al impasse de las primarias envía una carta al Congreso que evidencia que carece de una solución a sus dilemas. Leonel tampoco tiene claro como resolverá el suyo y en cierta medida se beneficia doblemente de la carta de Danilo. Por un lado, con ella gana tiempo y por otro es beneficiado de un paso de Danilo que para muchos muestra su nerviosismo y/o necesidad de negociar una salida al tema de las primarias.  Y es aquí el gran problema: qué está Danilo a negociar u ofrecer al resto de la clase política, podría decantarse porque se inscriba en la Ley de Partidos el principio de que cada organización política elija sus candidatos de conformidad a sus propias reglas. Pero queda un problema: ¿cuál sería la que asumiría el PLD?

El presidente Medina dice: la “única motivación que he tenido al defender el modelo de primarias abiertas y simultaneas es el compromiso de revitalizar los partidos políticos… no se trata de buscar ventajas, sino crear mecanismos de participación para que los partidos respondan a intereses sociales”, al tiempo que admite que no existían las condiciones para que se aprobase el proyecto de ley referido al tema, tal como salió del Senado, corriendo el riesgo de caerse por no tener los votos suficientes para ser aprobado por la Cámara de Diputados.  En la carta afirma su preferencia por las primarias abiertas; que retire o no esa preferencia es la cuestión. Cuando el PLD llegue a un acuerdo entre sus facciones sobre ese tema, vinculante sólo a estas y lo envíe al Congreso, entonces sí podrán decir los legisladores que están ante un acuerdo inminente.

Danilo sabe que el proyecto de ley enviado por el Senado a la Cámara de Diputados no sería aprobado por esta sin previo acuerdo con Leonel, sabe que los legisladores no pueden aprobar una Ley de Partidos que incluya el tema de las primarias sin previo acuerdo entre los partidos. Con su la carta, Danilo trata de ganar tiempo, sabiendo que debe encontrar la forma de sacar el tema de las primarias del pantano en que él la ha metido, y en ese pantano también el mismo ha caído. Una circunstancia que, junto a otras, lo están empujando hacia un no deseado pero obligado pacto con Leonel que podría llevar a este hacia una no descartable postulación. En la disputa Leonel/Danilo, ese último tiene la ventaja de que su posición sobre las primarias coincide la generalidad de la clase política y de la sociedad civil organizada.

En ese sentido, si bien la lucha de Leonel por las primerias cerradas en última instancia es por lograr su repostulacion, al coincidir con los sectores arriba referidos encuentra un apoyo indirecto a sus pretensiones, encontrando en el mismo un fortalecimiento a su lucha interna, por lo cual no es descaminado esperar que mantenga su posición hasta obligar a danilismo a un pacto. Cómo lo hagan, cuáles serían los alcances del mismo es difícil de predecir, pero lo cierto es que el margen de maniobras de las facciones del PLD para elegir su próximo candidato presidencial es bastante angosto y que Danilo no sólo debe superar el problema interno de las primarias, sino que debe superar el escollo del impedimento constitucional para su repostulacion y el apoyo de la generalidad de esta sociedad a las primarias cerradas

No está dicho que la disputa de estos dirigentes terminará en una división del PLD, es cierto que este tiene una sostenida tradición de partido con suma capacidad para llegar a acuerdo in extremis, pero a pesar de eso, ese partido, como todos los partidos, puede llegar a una situación en que se divida. Pero, para evitar una división en estos momentos la opción del pacto entre las facciones Leonel/ Danilo es una de las opciones que parece más lógica, a pesar de que de esa colectividad política puede esperarse cualquier tipo de arreglo. Si llegaran a un pacto para sortear el tema de las primarias, el Congreso tendría algo que decir o decidir al respeto. Pero ese pacto aún no se habría rubricado, por lo tanto, no está en la agenda de los congresistas.

En los próximos días, en los encuentros que hagan los congresistas se tocarán los temas de la Ley de Partidos y de las primarias, pero para que de esos encuentros salga algo trascendente relativo esos temas estos deberán tener como punto de referencia un pacto Leonel/Danilo. Todo indica que hasta el momento los legisladores tienen las manos vacías, que no tienen nada concreto y en ese sentido, nada justifica el optimismo del presidente de la Cámara de Diputados ni el de diversos sectores del espectro opositor.