¿Por qué será que sólo los grandes pueblos siguen las enseñanzas, responden a los llamados puntualmente e invierten toda su energía individual y colectiva en cumplir los mandatos de sus grandes líderes? Por ejemplo, a principios de 1950, Mao pidió a cada chino que cada día eliminara tres caracolitos transmisores de la bilarzhia…y se acabó esa vaina… Pero aquí, años atrás, José Rodríguez Soldevila pidió que cada dominicano matara tres mosquitos…pero no le hicimos caso.  Y por eso vemos lo que estamos viendo. Conclusión: Necesitamos un Mao urgentemente. (Alocada reflexión de una víctima del Zika).