Negros, negras, blancos, blancas, chinos, chinas, árabes llegaron a Quisqueya desde lo más profundo del tiempo, y siguen llegando. Llegaron para hacer la vida aquí, con lealtad a esta tierra, a esta patria que entre todos construyeron. Por eso, esta república es un auténtico crisol de razas y culturas. Por eso insisto en que el Monumento al Inmigrante (en realidad un homenaje no declarado a un solo inmigrante: Manuel Corripio García), sea transformado en un conjunto escultórico, sumándole un negro, un árabe y un chino. Sin racismos, sin injusticias, sin privilegios, por nuestra auténtica identidad nacional.