1.- En cualquier decisión relacionada con la política, sin distinguir en el plano nacional o internacional, debe imponerse la prudencia, porque alrededor de ella siempre se mueven intereses. Ser equilibrado en las decisiones no quiere decir temor, sino demostración de sensatez al momento de actuar. La ponderación de los hechos y circunstancias evita la precipitación que es mala consejera.
2.- Tomar partida irreflexiva sobre la situación venezolana puede dar la impresión de que el dirigente político ha actuado dominado por fanatismo; que es un seguidor de línea política trazada previamente; un incondicional por conveniencia o miedo; que responde a interés mezquinos; un acólito entregado a la prepotencia imperial o, en el peor de los casos, ser una persona ridícula carente de energía o voluntad.
3.- No hay que ser un sabihondo para saber que desde que Hugo Chávez, inició en Venezuela el proceso democrático, sus decisiones chocarían necesariamente con los intereses de la minoría nacional y de los monopolios internacionales, principalmente los de Estados Unidos. En la patria de Simón Bolívar lo que existe hoy es, pura y simplemente, lucha, brega por quién controla el poder del Estado, sus instituciones y los recursos naturales que poseen los venezolanos.
4.- Durante cerca de 200 años, gobiernos odiosos y despóticos, aliados a los peores intereses nacionales y extranjeros se sucedieron en Venezuela y aplicaron contra los venezolanos métodos salvajes e hicieron de la corrupción una línea de conducta, y los norteamericanos nunca se ocuparon del sufrimiento de los venezolanos. Esto prueba que lo que mueve ahora al imperio son los recursos naturales de Venezuela y particularmente el petróleo. No es cuestión de derechos humanos, libertades públicas, legitimidad ni institucionalidad. Se mueve la minoría interna y las multinacionales porque se consideran afectadas por la Revolución Bolivariana.
5.- No resulta fácil a los pueblos liberarse del yugo colonial, el cual comenzó con la extracción de metales preciosos y especies, hasta ahora cuando las colonias han pasado de ser, además de fuentes de materias primas, zonas de exportación de capitales; y Venezuela tiene la particularidad de que es un paraíso terrenal que guarda en su subsuelo desde petróleo, pasando por gas y siguiendo con oro y diamantes. El colonialismo es un fenómeno de subordinación y causa de todos los males de los pueblos que lo han sufrido y lo sufren, y Venezuela no es la excepción.
6.- En otro orden, la presencia de Juan Guaidó, para algunas personas resulta una sorpresa, pero para los que en una u otra forma le damos seguimiento al proceso que se desarrolla en Venezuela, sabíamos que de un momento a otro el imperio, haciendo labor de prestidigitador sacaría como de un sombrero a un encantador, que resultó ser Juan Guaidó.
7.- Ya en fecha 19 de mayo del 2018, escribí en el periódico El Caribe lo siguiente: “Ante el proceso democrático que lleva a cabo el pueblo venezolano, inspirado en el Comandante Hugo Chávez, y la presencia del gobierno legítimo de Nicolás Maduro, el imperio en el laboratorio de líderes de pacotilla ha fabricado a Leopoldo López, y a otros que responden a la política norteamericana. Hay que señalar que con López, no termina el montón de “líderes” que están en la reserva para ser sacados conforme convenga a la desestabilización”.
8.- Cuando dije que “con López no termina el montón de “líderes” que están en la reserva para ser sacados conforme convenga a la desestabilización”, fue porque sabía que el imperio no descansaría en sus maquinaciones para sacar del poder a la Revolución Bolivariana. Hay que ser muy estúpido o querer tomarles el pelo a los demás, creer que Juan Guaidó apareció llegado del cielo enviado como un ser lleno de divinidad, y no un cuadro escogido por el momento para, haciendo el papel de avanzada, quitarle el poder a las masas populares venezolanas.
9.- El enfrentamiento que hay en Venezuela en la presente coyuntura no comenzó ahora; simplemente se ha agudizado. Las fuerzas en pugnas siempre han estado ahí; nunca han abandonado el escenario. Los adversarios en todo momento se han mantenido presentes y en contradicción. Lo que ocurre en la ocasión es que el imperio ha cambiado de métodos; comportándose más descarado y agresivo, y considera que está en condiciones de derrotar a la Revolución Bolivariana. La lucha de contrarios genera crisis, en la que se advierte un viraje brusco de la situación, y la agudización de las contradicciones sociales puede llevar a un choque frontal antagónico del cual es posible que salgan vencedoras las grandes mayorías nacionales, siempre y cuando estén correctamente dirigidas.
10.- Con relación a la actual crisis que hay en Venezuela, cada quien que interviene en la discusión tiene su punto de vista, condicionado por identificación ideológica con la Revolución Bolivariana, coincidencia con los intereses de la minoría nacional venezolana y el imperio norteamericano, o desconocimiento de la realidad política. Es casi imposible estar sin tomar partido porque, por lo general, cada persona tiene su postura ideológica, la cual expresa a veces de la manera más sutil. Sin importar cómo se exponga un criterio, sale a relucir la simpatía o la desafección.
11.- El momento político y social venezolano no permite la indiferencia de parte de los hombres y mujeres que se sienten comprometidos con los cambios que favorecen a los que en cada país son los más, es decir, al pueblo. La agresión de que es objeto Venezuela manda a que se manifieste con ella la más alta expresión de la especie humana, la solidaridad, sin caer en averiguaciones bizantinas que a nada conducen. No es cuestión de si en el curso del proceso democrático se han ejecutado aciertos o desaciertos. Las circunstancias imponen estar al lado de quien es víctima de la agresión.