La República Dominicana tiene la suerte de ser uno de los 20 países de América Latina que recibe voluntarios del programa Princeton in Latin America (PiLA). Este programa fue creado en 2002 por un grupo de estudiantes, profesores, miembros de la administración y diferentes facultades de la reconocida universidad norteamericana que lleva este nombre, que se constituyeron con mucho entusiasmo como organización sin fines de lucro para cumplir en las Américas con el lema de la Universidad “Princeton al servicio de la Nación y de la humanidad”. Cabe decir que ya existían en Princeton programas dirigidos hacia Asia y África con características diferentes.

PiLA reúne ONGs debidamente seleccionadas y organismos multilaterales comprometidos con proyectos sociales de desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe, con estudiantes recién graduados con altas calificaciones que buscan oportunidades de cumplir un voluntariado de un año en el hemisferio sur del continente.

Desde sus inicios, PiLA ha colocado junto a sus socios 350 jóvenes en 20 países con la meta de obtener un impacto medible y transformador en las organizaciones participantes en el programa, en las comunidades de implementación, así como en los jóvenes becados. La Republica Dominicana es uno de los países que recibe más voluntarios de PiLA cada año. Según el Presidente de PiLA, David Atkinson, nuestro país ofrece muchas oportunidades para tener un real impacto, sobre todo en la educación.

PiLA promueve un verdadero intercambio cultural, alejándose de la trampa de mandar "salvadores blancos" (tema destacado en el discurso estadounidense acerca del trabajo de desarrollo y el voluntariado internacional), y reclutando jóvenes comprometidos con el concepto del servicio a los demás –y la responsabilidad que tal servicio conlleva- en acuerdo con el lema de la universidad. Todos los becados tienen un compromiso comprobado por América Latina, sea por lazos familiares (cada año hay más voluntarios de origen latinoaméricano según Michael Stone, director del programa), por haber desarrollado investigaciones intensivas sobre la región, o por haber servido a comunidades latinoamericanas en los Estados-Unidos.

En cada paso del proceso para obtener una beca, los candidatos deben interrogarse acerca de sus propias motivaciones para querer trabajar en el desarrollo de América Latina. En la fase de orientación hacen trabajar los aspirantes sobre el concepto de "comunidad" y cómo trabajar efectivamente a favor del desarrollo de una comunidad; también hacen hincapié sobre el significado de ser un turista o viajero, y de cómo desempacar sus propios prejuicios y preconcepciones. O sea, la beca promueve, hasta exige, el pensamiento crítico acerca de lo que se va a hacer en América Latina.

Los becados deben leer una extensa bibliografía para prepararse acerca de las realidades y el contexto histórico para llegar a sus destinos con una sólida preparación sobre la realidad que van a encontrar.

En la Fundación Abriendo Camino contamos con una voluntaria de PiLA desde hace año y medio. Para acertar con nuestra becada examinamos muchos CV y compartimos muchas sesiones de Skype con candidatos. Siempre nos llamó la atención el grado de preparación, la multiplicidad de experiencias, cursos, talleres, viajes, así como la fortaleza de las motivaciones de estos jóvenes y su anhelo de tener éxito en esta alianza de un año, su disposición de integrarse en un país extranjero en condiciones de vida sencillas, y a veces muy sencillas, como es el caso de muchos de los voluntarios que trabajan en el campo.

Cada becado tiene una experiencia única, en el país y la institución donde sirve después de llegar al puesto que tiene destinado. Los jóvenes, al margen del marco de trabajo establecido de antemano con la ONG, son libres de ampliar su participación dentro de esta organización y en otros sectores de su interés en la sociedad: pueden trazar sus propios caminos, de acuerdo con sus propios intereses, en adición a los temas que trabajan con la ONG que los recibe.

Parte de la filosofía del PiLA se basa en el poder transformador del programa. Como prueba de este presupuesto hay “pilatistas” que han creado sus propias ONGs en América Latina y reciben ahora jóvenes becados, creando un ciclo virtuoso de desarrollo sostenible.

Angie Neslin ha sido nuestra primera voluntaria PiLA y decidió prolongar su contrato de un año como lo hacen a menudo otros voluntarios. Ella ha escrito lo siguiente: “En términos de lo que me ha aportado mi estadía en la República Dominicana, no hay palabras para captar todo el provecho que he sacado de mi experiencia. Lo que más me ha impresionado es que mi entendimiento del “privilegio” se ha profundizado enormemente; es un concepto que satura el discurso estadounidense actualmente, pero a veces se define nebulosamente”.

“En mi trabajo en la Fundación Abriendo Camino estoy confrontada a diario con las realidades del privilegio y de su falta. He desarrollado muchísimo mi capacidad de empatía, y ha crecido enormemente mi aprecio de organismos como la fundación donde presto servicio (y de las demás organizaciones socias de PiLA), que trabajan de manera para corregir esta falta de privilegio. La segunda cosa es que he comprobado con la experiencia que nosotros, como individuos (¡trabajando en equipo!), tenemos la capacidad de hacer cambios verdaderos en el mundo”.

“No me deja de impresionar, como la Fundación Abriendo Camino ha hecho una diferencia positiva en la vida de jóvenes de la comunidad. Para mí es un gran honor, contribuir en hacer esa diferencia, con el huerto urbano en azotea, el reciclaje (3R) y la creación de un Parlamento en la institución”.

“No sé todavía dónde la vida me llevará, pero gracias a PiLA y a la Fundación Abriendo Camino, sé ahora que puedo hacer esa diferencia, y tengo el compromiso de hacerla. He aprendido  otra lección y es que la generosidad forma parte de la cultura dominicana de una manera que no está presente en la cultura estadounidense”.

Organizaciones interesadas en traer y poder contar con un voluntario de PiLA, pueden ponerse en contacto por correo con: pila@princeton.edu  Este programa ofrece, para cualquier organización de desarrollo que trabaje en República Dominicana con colaboradores internacionales, sea socia de PiLA o no, un modelo de voluntariado internacional responsable y por lo tanto más efectivo.