“El teórico más temerario y peligroso es el hombre que sostiene que hay que dejar que los hechos hablen por sí mismos”.

(Alfred Marshall, Economista).

El sentido de toda acción humana ha de ser siempre crear un entorno y un mundo cada vez mejor. Es la razón vital de la humanidad a lo largo de su historia: obstrucciones, zigzagueos, empero, el futuro se sostiene sobre lo mejor del pasado y del presente.

Hoy que los cambios son tan vertiginosos, cargados de incertidumbres y de una vehemente perplejidad, el paradigma es asumir los cambios cuando aparentemente no hay necesidad de cambiar. Cambiar no es necesariamente problemas, obstáculos; constituyen la visión proactiva de la oportunidad. Se entiende pues, que una situación, un hecho, un fenómeno determinado, más allá del éxito que haya ido logrando no significa que no se pueda cambiar. Hablar de cambio, también, no implica una metamorfosis de 360 grados. Puede ser una parte, un proceso, sin esperar en esa cultura del inmediatismo, en esa flama de la autocomplacencia, cual si fuera un acuario que se mueve en su propia agua, desconociendo el agua de los demás.

Solo un país que tenga un Estado fallido o se encuentre en una guerra puede exhibir indicadores económicos y sociales más atrasados que el pasado. Lo serio y consecuente es poder compararse con países similares en lo que respecta a su economía, su crecimiento y desarrollo humano. Los debates, las ideas encontradas han de ser bien vistas por las personas que abrazan la democracia, construyen la tolerancia y exhiben las diferencias, sin miedos, sin sesgos, donde la subjetividad se dimensione sobre la objetividad, sin apoyaturas de intereses para favorecer más allá de las instancias empíricas, el status quo glorificado.

El escrito de dos páginas y media del Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos sobre Modelo Económico Dominicano: ¿Cambio o Ajustes? Lo primero es que el Banco Central es el Órgano Rector de las Políticas Monetarias y Financieras. Tenemos un Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. Lo segundo es lo costoso que le salió a la sociedad dominicana su divulgación; y, lo tercero, es que pretenden hablar de Modelo Económico, no lo logran y el intento tiene un déficit conceptual y una miopía argumental.

¿Qué es un Modelo? Es una representación de una realidad determinada. Es un constructo abstracto que pretende diseñar el corpus de una fisonomía que se encuentra en una especificidad y que nos hace posible desvelar, auscultar las complejidades que encierra y el ritmo de sus prioridades. Nos permite diagnosticar la realidad, el hecho en sí mismo, el fenómeno. La razón del Modelo es la desconstrucción de esa realidad para entenderla, comprenderla y transformarla. El Modelo Económico es esa simplificación que encierra en sí un cuerpo de propuestas que sirven como mecanismo metodológico de un proceso o fenómeno económico.

En toda formación social se anida, se construye y desarrolla, como proceso dinámico, un Modelo Económico. El Modelo económico está configurado o contiene, en gran medida:

 

Las estrategias son el conjunto de acciones, de decisiones que coadyuvan a una situación económica de una formación económica social. Las estrategias no constituyen la parte medular ni encierra el Modelo Económico, no lo sustrae como una fuente jerarquizada del proceso. Las estrategias contemporizan el Modelo y sus prioridades a través de las políticas públicas. Dos países pudiesen tener el mismo Modelo Económico y diferir en el desarrollo del país por las estrategias que pauten las políticas públicas.

En esas estrategias de desarrollo, ¿qué importantizan del Modelo Económico? A) Crecimiento, b) Macroeconomía, c) Precios, d) Mercados. Paul Krugman en su libro Vendiendo prosperidad nos habla de dos tipos de crecimiento. Por un lado está “el crecimiento de nuestra capacidad productiva subyacente, que depende del número de trabajadores que tengamos y de sus cualificaciones, del tamaño y la calidad de nuestro stock de capital y del nivel de nuestra tecnología. Por otro, están las variaciones del grado en que utilizamos nuestra capacidad, que depende de las fluctuaciones de la oferta monetaria y de la confianza de las empresas”.

En esa composición de la estructura del Modelo, en la sociedad dominicana, los salarios son muy exiguos, dándose que la competitividad se logra como el precio del ajuste de ellos. De ahí que el salario real actual condense al del 1991. La estructura del PIB requiere cambios, pues las variables que más crecen no generan suficientes empleos, encontrándonos que la Economía Informal se encuentre en un 58.8%. El Balance externo no puede ser peor. Las Exportaciones no crecen. En los últimos 6 años el ritmo mayor solo alcanzó 15.2%. En el 2018, 13.8 del PIB lo cual nos dice que no somos un país competitivo. La Balanza Comercial es cada vez más deficitaria. La diferencia entre lo que exportamos e importamos es desgarradora en detrimento de la nación. De igual manera, la Balanza de Pago acusa una aguda diferencia en menoscabo nuestro.

El Modelo Económico con sus estrategias nos dice, dado que tenemos alrededor de 26 años con el mismo, que hemos crecido. ¿A qué velocidad y con qué nos comparamos? ¿El pasado con el presente? Sería una actitud poco consecuente, poco profesional si solo tomamos esa perspectiva. Las galimatías del escrito no pueden ser más desalentadores. ¡Que la esperanza de vida en el 1990 era de 67 años y ahora es de 74! De los 10 países de la economía más grande de América Latina, la esperanza de vida es más longeva que la nuestra. Solo superamos a Haití, Bolivia, Honduras y Paraguay que no están entre las economías más significativas.

¡Que la pobreza Monetaria está en un 25.5! No nos dicen nada de la desigualdad que ha crecido, sobre todo en los últimos años según la CEPAL (0.463) en su más reciente Informe sobre el Panorama social. Dice que el Quintil I: El más pobre, apenas recibe el 7% de los ingresos; en cambio, el Quintil 5 recibe el 35%. Es bueno que la pobreza Monetaria tenga esa pendiente hacia la baja. No obstante, se ha demostrado que lo trascendente es la Pobreza Multidimensional que evalúa: Educación, Salud, Esperanza de vida al nacer. Estamos muy mal en Educación y muy horrible en Salud. 200 mujeres murieron de mortalidad materna en el 2017. En el 2018: 197. Mortalidad Infantil: 3,429, en el 2018; 3,220 en el 2017. Esto representa 34/1000 nacidos; de los más altos de toda la Región. El promedio esta en 17.

La Movilidad social ascendente, según el Banco Mundial, en la Región es de 41; en cambio, en nuestro país es apenas de un 2%. El Banco Interamericano de Desarrollo nos dijo en su Estudio ”Cuando la prosperidad no es compartida” que el 85% de los que nacen en un determinado estrato social de la pirámide social de la Republica Dominicana, se quedará frisado por el resto de su vida. Esto es, la Movilidad Intergeneracional se constituirá en un síndrome de la desesperanza. El crecimiento económico ha resultado en un desarrollo económico muy excluyente, muy ralentizado para una buena parte de la composición social dominicana, y, en consecuencia, no hemos asistido a un verdadero desarrollo social. La Tasa de desempleo ampliado se encuentra en 16.2%, incluyendo desempleo, subempleo y desalentados.

El Sistema económico constituye el proceso económico global, esto es: Producción, Distribución, Intercambio y Consumo de los bienes materiales. Es un concepto o una categoría polisémico. Se puede cambiar el Modelo con la misma estructura de poder; sin embargo, el Sistema económico contiene, por así decirlo, nuevas relaciones de poder. El peso del Modelo económico hoy ya no está en la economía Primaria como lo estuvo hasta los años 1980. A partir de los 70 eclosionó un nuevo Modelo, donde la economía Secundaria cuasi predominaba en la estructura del PIB. El peso de la economía Terciaria o de Servicios acusa su mayor hegemonía hoy.

Con un aire falsamente técnico, el Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos nos quiere llevar a un maniqueísmo y a un dilema: ¿Cambio o Ajustes? Un fárrago para esconder la realidad. El Modelo no puede seguir igual. ¡Ameritamos de una mejor civilización social que conduzca a mayor cohesión social y no a la barbarie de la exclusión que atenaza y destierra al ser humano en su propio territorio! Como expresara el Premio Nobel de Economía del 1998, Amartya Sen “El desarrollo es más que un número”.