Soñar es un acto de sanidad psicológica, de optimismo y de fe frente a la vida, además es el primer paso para alcanzar lo deseado, de manera que hoy me voy a dar el permiso de soñar y compartirlo para que, al unirse como intención con cada persona que me lea, crezca y se multiplique así la posibilidad de hacerse real. Son solo 5 deseos, después de todo no son muchos, solo 5, lo cual también aumenta la posibilidad de que puedan convertirse en realidad. Tengo deseos para las mujeres, para los hombres y para las familias dominicanas:

1- Quiero que en el 2016 en la República Dominicana no muera una mujer más por la violencia machista. Quiero que las mujeres puedan tener la libertad de terminar una relación porque ya  no funciona, se acabó el amor o viven violencia en ella y que su vida no corra peligro. Quiero que las autoridades dejen de contar las muertas y de conformarse con estar uno o dos lugares por debajo de los países de América Latina donde las mujeres viven mayores violencias. Quiero que la inversión en el tema sea real y que se aborde la problemática desde la educación y prevención y no desde el sistema punitivo, pues esto solo hará que las cifras continúen en aumento.

2- Quiero que la autonomía y el desarrollo de las mujeres no tenga un precio tan alto para ellas mismas. Que la maternidad no siga costando tanta salud y cansancio por estar ella sola a cargo de sus hijos e hijas. Que ser inteligente, saber lo que quiere y tomar decisiones, no sea un problema sino una ventaja en sus relaciones. Quiero, que como dice Sabina "ser valiente no salga tan caro y ser cobarde no valga la pena".

3-Quiero que los hombres se sientan menos presos de este sistema que también les hace perderse de ellos mismos en pos del "éxito", el desarrollo económico y la competitividad descarnada que les manda esta cultura. Deseo que se den el permiso de ser sensibles, solidarios y tiernos. Que no se sigan confirmando en su hombría solo por la sexualidad y el dinero, que tengan la valentía de ser leales a lo que su corazón les dice y no tanto a lo que se supone tienen que ser para llenar los requisitos de una cultura machista que aunque menos que a las mujeres, les provoca también mucho sufrimiento y los disocia de lo que muchas veces creen y sienten.

 4- Quiero que los niños y las niñas puedan serlo, que no les obliguemos a convertirse en pequeños adultos, en hombres y mujeres en miniatura por las exigencias del contexto o la ignorancia de sus padres y madres que finalmente es carencia de educación y oportunidades de desarrollo. Quiero que tengan la bendición de disfrutar de papá y verlo como parte de sus vidas aunque no vivan con él. Quiero que sean felices, que sus derechos y necesidades básicas dejen de ser narrativa de los discursos de campaña y que se conviertan en realidad.

5- Deseo que La Familia, los padres y madres dejen de ser culpados por todos los males sociales, que la familia deje de ser por un lado maltratada  y por otro idealizada. Que se reconozcan sus fortalezas pero también sus debilidades, aquellas que crecen cuando como país no contamos con posibilidades de desarrollo económico, social y educativo. Deseo que a La Familia Dominicana se le deje de ver como la causa de los problemas y comience a ser vista como la que más está sufriendo las consecuencia de todos los problemas sociales. Deseo que los padres y madres de familia puedan ser apoyados para realizar la dura tarea de criar seres humanos sanos física y emocionalmente. Deseo que esta ayuda no sea paternalista ni politiquera sino real para que les permita desarrollar un proyecto sostenible y fuerte de familia.

Estos son mis 5 deseos y si cada persona, desde el lugar en que se encuentre, los asume como propios iremos poco a poco convirtiéndolos en realidad para seguir soñando y construyendo la nación que queremos entre todos y todas.