La aprobación de la ley que declara a Loma Miranda Parque Nacional ocurrió casi el mismo día en que la CDEEE hizo público la recepción tardía de la Licencia Ambiental, emitida por el Ministerio de Medio Ambiente, para la construcción en Punta Catalina, Provincia Peravia, de dos plantas generadoras de electricidad basadas en carbón mineral.
Estos dos hechos coincidentes, provienen de la misma matriz: la carencia de suficiente compromiso y entendimiento por destacados miembros del liderazgo político nacional sobre el complejo asunto de lo medioambiental en las decisiones sobre explotación de minas y en la instalación de plantas industriales o eléctricas.
En los Estados Unidos, a partir de los escapes radiactivos de la central nuclear de Three Miles Island, Pensilvania, en 1979, los ojos de la sociedad norteamericana se volcaron hacia los riesgos para la vida humana y los sistemas ecológicos, implícitos en las explotaciones energéticas de gran escala.
La presión por protección ambiental a partir de ese accidente nuclear fue tal, que la industria nuclear norteamericana sufrió durante décadas lo que se conoce en la historia como el Parón Nuclear.
Esa experiencia se extendió por Europa e influyo en otras tecnologías energéticas, incluyendo las plantas de generación eléctrica que utilizan carbón como combustible, cuyos costos de construcción experimentaron alzas de hasta un 15% durante las décadas subsiguientes, en parte debido a las nuevas exigencias del movimiento ecologista internacional.
En las sociedades democráticas, liberales, el ecologismo se ha convertido en un poderoso movimiento social, con repercusiones políticas electorales y con notable incidencia sobre los costos de desarrollo de algunos proyectos de infraestructuras.
El problema, en ocasiones, no estriba en si son razonables o disparatadas ciertas objeciones ambientalistas, sino en cómo manejarlos para que se respeten derechos y de paso no se liquiden proyectos que podrían beneficiar a la población.
Sabido todo eso, entonces, ¿cómo se explica que a estas alturas de los tiempos la CDEEE iniciara la construcción de dos plantas de carbón en Punta Catalina, Baní, sin haber recibido la licencia que emite el Ministerio de Medio Ambiente.
Eso solo lo explica la subestimación por parte del poder político del vigoroso movimiento social ecologista nacional.
La ambigüedad y la manipulación del caso Loma Miranda, con sus diferencias, guarda cierto parecido.
El país tiene un Ministerio de Medio Ambiente y una ley, pero estos parecen hijos de la moda y no de una conciencia y compromiso del poder político. ¿Para qué lo crearon? Hace tiempo leí, que la cadena de tienda El Corte Inglés, de España, presentó su campaña sobre la moda en 1978 bajo el eslogan: “como la ecología está de moda…”.