Cuando  me disponía escribir la segunda parte de estas memorias, se cumplían exactamente 55 años de que Homero Herrera recibiera la visita de un desconocido en la puerta de su casa, calle Máximo Gómez No. 45, Santiago de los Caballeros. Del personaje enviado recibió un chele cortado por la mitad (medio centavo), señal para que Homero le entregara las armas que la dirección del Catorce de Junio (1J4) le confió guardar para usarla luego en el frente Enrique Jiménez Moya, dirigido por el comandante Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) en la Escarpadas Montañas de Quisqueya.

Fue a Homero Herrera a quien doña Quisqueya Vda. Perdomo, le solicitó buscara un lugar seguro para esconderal dirigente revolucionario Raúl Pérez Peña (El Bacho), quien había llegado desde El Limón a refugiarse a su casa de la calle General Cabrera No. 4, de la ciudad de Santiago. Había estado combatiendo en el frente guerrillero Gregorio Luperón.

Raúl Pérez Peña, Bacho, guerrillero de Limón, frente Gregorio Luperón.
Raúl Pérez Peña, Bacho, guerrillero de Limón, frente Gregorio Luperón.

Homero Herrera transportó en un coche  al “El Bacho” y lo ocultó en su residencia durante 44 días. El Bacho ocupó el refugio donde se habían guardado las armas. Después, su hermano Domingo Pérez, lo buscó y lo llevó a Santo Domingo en el baúl de un carro, el que estaba ocupado además del conductor, por Aniana Vargas e Ivelise Acevedo. Ya en Santo Domingo,el Bacho logró salir del país con pasaporte falso hacia Chile, como delegado del Congreso de la Juventud Socialista y de allí se embarcó a Cuba.

En el capítulo anterior a esta serie de “Las memorias de Homero Herrera Velásquez”, referimos sus aportes al movimiento revolucionario clandestino “Los Panfleteros de Santiago”, conocido por sus siglas “UGRI”, en cuanto al suministro de tinta, almohadilla y papel, materiales con los cuales se diseñaron y se hicieron a manos los panfletos contra el dictador Trujillo. Los mismos se hicieron debajo del piso de madera de la casa de los padres de Wenceslao Marcial Guillén (Wen), líder del movimiento y articulador del grupo de jóvenes revolucionarios santiaguenses.

Homero Herrera Velásquez a la entrada del hoyo donde Wenceslao Guillen, Manuel Bueno y él confeccionaron los volantes que UGRI lanzó contra la Satrapía de Trujillo en Santiago.
Homero Herrera Velásquez a la entrada del hoyo donde Wenceslao Guillen, Manuel Bueno y él confeccionaron los volantes que UGRI lanzó contra la Satrapía de Trujillo en Santiago.

Hace aproximadamente 20 días se cumplieron 49 años (1 de eneros de 1972), de cuando Virgilio Perdomo Pérez le comunicó a Homero Herrera Velásquez, que se trasladara desde Santiago de los Caballeros hacia Santo Domingo, específicamente a la Avenida Las Américas, para que recibiera instrucciones de Los Palmeros.

Es a este Panfletero, Catorcista y Palmero, llamado Homero Herrera Velásquez, al que se pretende eliminar injustamente de la lista de fundadores de “Los Panfleteros de Santiago” y que otros sin méritos pasen a ocupar su lugar en este acontecimiento historia sin precedente.

No se puede ignorar la membrecía de Homero Herrera, como fundador del movimiento “Panfleteros de Santiago”, ni dejar de mencionarlo como persona importante de “UGRI”. De esta manera no se hace patria. Hay que darle su espacio a los que fueronauténticos panfleteros y censurar para siempre a los que traicionaron a dicha organización revolucionaria clandestina.

Homero Herrera en el momento que le entrega los manuscritos a Darío Nicodemo
Homero Herrera en el momento que le entrega los manuscritos a Darío Nicodemo

En las memorias de Homero Herrera Velásquez (inéditas aún), Homero me entregó tres hojas, cuando me disponía a escribir, y en  una de ella me dijo: “Escribe este pensamiento antes de que se me olvide:

“No podemos ser más altos en el mundo cortándoles cabezas a los demás, ni podemos ganarnos el cielo con camándula ajenas”.

Homero Herrera Velásquez

20 de enero 2021