Tenemos nuevos miembros en la Junta Central algunos de ellos destacados por su seriedad en sus trayectorias en el ejercicio de funciones públicas, sin embargo debemos tomar en cuenta que nuestro mal es sistémico.

Aunque no estemos de acuerdo con los métodos de escogencia de los miembros de la Junta, la Cámara de Cuentas ni de las Altas Cortes por obedecer a criterios políticos coyunturales del momento, reconocemos el rol constitucional del Senado de la República.

Ahora bien, el problema que existe en el país es que los males y defectos de nuestra institución electoral es sistémico.

Por ejemplo, importa poco que tengamos una Junta Central Electoral con miembros reconocidos y probos, sino existe una adecuada Ley de Partidos y una Ley Electoral.

Sin esos dos marcos jurídicos será muy difícil sino imposible, que una Junta Central Electoral desempeñe un rol estelar y más o menos confiado en un proceso electoral.

Cuestiones tan fundamentales en un torneo electoral y que llevamos décadas tratando de resolver como es el caso de la regulación de los fondos públicos para que no se usen en una campaña, la democracia interna de los partidos, la equidad publicitaria entre los candidatos a puestos electivos, son "temas eternos" de nuestros males sistémicos.

Hubiera sido preferible y lo he comentado varias veces, que en vez de pensar solamente en escoger "miembros memorables y sin ninguna preferencia política partidaria", nos hubiésemos concentrado en el fortalecimiento del sistema a través de un buen marco jurídico.

De seguro, (y no queremos que sea así) que una vez satisfechos los requerimientos para una "junta potable" y pontificada, se descuidarán los temas de los males sistémicos: una legislación electoral avanzada y la Ley de Partidos Políticos.

No obstante, para lograr corregir el rumbo, se necesita una oposición que no pierda su tiempo en menudencias políticas y se sumerja en los temas vitales para la reforma del sistema.

De manera que en el 2020 no aparezcan las quejas sistémicas de siempre, de las que ya estamos acostumbrados, el mismo libreto de una "película post electoral" como son las denuncias de fraude y despilfarro de los fondos públicos en una campaña electoral.

Enfoquémonos y tomemos el rumbo de cambios institucionales serios para así erradiquemos de una vez por todas las retrancas para el desarrollo institucional.