Recientemente recibimos la noticia del nombramiento de la hija del extinto Presidente Hugo Chávez, su bien amada María Gabriela Chávez, como Embajadora alterna ante la Organización de las Naciones Unidas. La designación ha causado reacciones encontradas en el pueblo venezolano, confirmando la estrella política de esta hermosa mujer a quien siempre la vimos con su padre en innumerables actos públicos ocupando el puesto de primera dama.

La primera vez que el mundo escucho su voz fue en los actos fúnebres que se le rindieron a su padre, leyó una carta cargada de sentimientos que conmocionó al auditorio, igual su metal de voz hizo vibrar a todos los que la escuchamos a nivel mundial. En ella tenemos un capital político de enorme trascendencia, con la suficiente capacidad para devolverle al bravo pueblo de Venezuela las energías necesarias para continuar afianzando la obra de amor y justicia que comenzó su padre Hugo Chávez.

Es innegable el momento difícil por el que atraviesa la nación con las reservas  petroleras más grandes del planeta, razón por la cual las potencias del mundo han tenido sus ojos siempre puesto sobre Venezuela. El actual Presidente Maduro ha tenido que sortear todo tipo de dificultades para mantener a flote una de las revoluciones más hermosas del presente siglo, pero lamentablemente para El, no se ha escapado de ser comparado con el carismático líder de dimensión mundial Hugo Chávez, confrontando grandes problemas para conectar con el pueblo chavista y sobrellevar su legado.

En medio de todas las contradicciones  suscitadas tras la muerte de Hugo Chávez por la forma en que están conduciendo el proceso revolucionario las actuales autoridades, de las crecientes críticas de sectores del mismísimo chavismo al gobierno que encabeza Nicolás Maduro, las cartas publicas de emblemáticas figuras chavistas, Geordani y Navarro, todo esto ocurriendo en el marco de una de las peores crisis de carácter económico y de liderazgo que ha enfrentado la Revolución Bolivariana, la salida a la palestra pública de María Gabriela Chávez produce grandes interrogantes e inquietudes en todos los sectores dentro de Venezuela  y de la comunidad internacional.

Su gran impulso político tras la desaparición física de su padre comenzó con el encuentro publico que sostuvo con el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro hace apenas unos meses. No tengo dudas que esta joven y hermosa mujer, leal a los ideales de su Padre Hugo Chávez, dibuja una nueva situación política dentro de la Revolución Bolivariana, con el cual ya muchos sectores importantes del estatus quo venezolano empiezan a identificarse, en el espíritu de salvaguardar la obra de su padre, ante el cuestionado rumbo por el que la están conduciendo en la actualidad. Convencido soy que su liderazgo imprimirá nuevas fuerzas para la consolidación de la Patria Grande, tiene una gran responsabilidad, es  genuina heredera del chavismo, desde Dominicana la apoyamos en su designación y otros desafíos por venir.