Las olas de populismo y en gran medida, la falta de calidad de los actores políticos, han venido propiciando un nuevo ingrediente negativo, ésta vez más sistemático: maquillar cifras para construir burbujas que haga aparecer como verdad todo aquello que no obedece a la realidad.
Todo el aparato ideológico del Estado, en función de la hegemonía, logra articular un proceso de dominación-persuasión que merced al paradigma mediático, visibiliza lo que es su juego de poder y sus relaciones; “desmadeja” en hilachas la realidad hasta convertirla en un juego de palabras sin importancia. “Construyen” nuevas realidades al son de la música que ellos bailan. Solo así tiene relevancia lo que es “su agenda”; todo lo demás es el drama singular de lo sempiterno “pesimista”. La realidad es su deseo, más que su creencia cierta que es más que su propia ideología.
En ese entramado de “arquitectura de su realidad” se vuelven sombras y silencios porque saben que la realidad siempre emerge y que la pantomima del drama del telón de la ficción siempre tiene límites, por más dinero y poder que se tenga; sobre todo, en un tiempo donde nuevos actores se expresan con fuerza para democratizar la democracia. Los partidos hoy, ya no son suficientes para hacer que lo público consolide y recree el espacio de más cohesión social y capital social.
La democracia requiere nuevos niveles de legitimidad que vayan más allá de los ribetes formales, para adentrarse en las acciones que nos hagan más humanos, más horizontalizados en el andamiaje de las estructuras económicas y sociales. Es lo que explica la trascendencia de la democracia electoral. Aquí, en nuestra sociedad, una parte de la elite política, sobre todo la que ocupa el poder, juega a la memoria “corta” del dominicano, a la genuflexión de un amplio segmento y a la risa y al olvido del epílogo de un melodrama, con el mismo actor ejerciendo distintos roles, con el esperpento de diferentes “rostros”.
El grueso de las acciones no puede ser sino un envilecimiento de estercolero que dibuja la entera realidad. Al caer los refrendados en un fango de una tela fina, las huellas son pésimas y pavorosas: ni siquiera tratan de argumentar y justificar la realidad. Entonces, construyen “sus verdades” al filo de una filosa tijera que maquilla las suturas y los hoyos cual cracter espeluznante se erige en el frente, en un aquí. El cuadro, cual autismo, que produce el desorden cerebral en sus actores.
Es así que devienen las comunicaciones, las informaciones, las ruedas de prensa de los funcionarios. Surge entonces, la necesidad de maquillar, de disfrazar, de mentir de forma rebuscada, de descontextualizar. Veamos:
- Que no hay retrasos en los pagos de los solares para la construcción de escuelas.
- Que las visitas “sorpresas” han revolucionado el campo, cuando admiten que han realizado 122 “visitas” y han erogado alrededor de RD$8,500 millones de pesos en 39 meses, a un promedio por mes de 217,948,718.00 a un segmento muy exiguo de la población rural. ¿Cuánto se ha prometido y cuánto se han cumplido? ¿Si desarrolla más institucionalidad o más personalismo?
- Que la Clase Media es más numerosa que la clase pobre y vulnerable.
- Que 780,000 dominicanos y dominicanas salieron de la pobreza.
- Que entregaron el 98% de los documentos solicitados por los veedores de INABIE. ¿Pero qué entregaban?
- A cuatro meses del comienzo de la docencia en el Sistema Educativo Nacional no le han pagado a los suplidores de los almuerzos.
- La panacea del sistema eléctrico: las dos plantas de Catalina. Miles de anuncios; sin embargo, tres años después la problemática de las pérdidas técnicas y por robos siguen igual y ni un solo dólar ha llegado para financiar las plantas, erogando grandes sumas de dinero el Ejecutivo a través de la CDEEE sin decir que es para las plantas de Catalina.
- El Decreto 158-14 del 10 de mayo del 2014 el Presidente Medina crearía la Mesa de Competitividad Nacional. Sin embargo, en ese decreto, el Presidente no incluyó ni siquiera al Director del Consejo Nacional de Competitividad; todo ello resalta la falta de institucionalidad y la visión que se tiene con respecto lo que significa el Estado.
- Algunos apologistas del Gobierno dicen que el gobierno ha revolucionado el Sector Salud, cuando somos el país líder en menor inversión en salud con respecto al presupuesto y al PIB. En el año 2015 debimos de invertir 2.8% del PIB según la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo. Este 2015 apenas llegaremos a 1.8% del PIB.
- Maritza Hernández, Ministra de Trabajo, dice que el desempleo en dominicana es de 5.9%. No dice que ella está hablando del desempleo abierto que no sirve para nada a la luz de la realidad social y económica. El de mayor rigor es el desempleo ampliado que mide justamente el desempleo, independientemente de si busca empleo o no. Está en 14.6% y el Subempleo en 16.3%/
- Países como Honduras con una economía más atrasada no tienen las cifras de muertos por dengue como nosotros. Las autoridades han impedido al Departamento de Epidemiología colgar los datos que semanalmente venían realizando por años. Los boletines 41, 42 y 43 no fueron publicitados en su página de Internet. En la semana 40, que correspondía al 10 de octubre, ya habían 97 defunciones. Ya en la semana del 7 de noviembre alcanzaríamos las 145 defunciones. Hoy, 13 de Noviembre, siguen muriendo personas por una enfermedad que es evitable.
Dice la Ministra, buscando culpables, que no debe morir nadie y nosotros queremos compartir ese discurso. Pero, ¿cuál ha sido el historial de letalidad de esta enfermedad desde el 2009?
Desde la sociedad civil queremos más y mejor democracia, una democracia con contenido donde los actores políticos no propicien la desconfianza con sus acciones y decisiones. Ojala que las desafecciones no sean con la democracia como Sistema sino con la calidad, profesionalidad y el desconocimiento de la ética de una parte de los actores políticos que llegan a manipular cifras para construir burbujas. Urge, pues, la necesidad de la regeneración de la vida pública, porque lo público es de todos y el Estado no es un fin en sí mismo, sino un medio para construir ciudadanía en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, generando esperanza cierta, con una legitimidad moral desde el poder.
* Se “reajustaron” los muertos por dengue en 78 hasta el 7 de noviembre del 2015