La República Dominicana está envuelta en una crisis internacional y diplomática con la vecina nación de Haití y con muchas organizaciones de derechos humanos debido a las repatriaciones que están por venir de residentes ilegales (en su gran mayoría haitianos) que viven en la República Dominicana. Estoy completamente de acuerdo con la política migratoria que esta llevando a cabo el gobierno dominicano y con el ejercicio de sus derechos soberanos de poder definir las leyes migratorias de su país, pero no estoy de acuerdo con la forma con la cual esta delicada situación se ha manejado.
Numerosas organizaciones y personalidades están tildando a nuestro país de racista sin conocer la realidad de la situación. Aunque ellos son los que tienen el punto de vista erróneo, nuestro gobierno y cuerpo diplomático permitió que todos estos pensamientos e ideas incorrectas se desarrollen y tomen forma.
En el año 2013 el Tribunal Constitucional definió la nacionalidad a través de la sentencia 168-13. Desde aquel instante el gobierno y cuerpo diplomático del país incluyendo al canciller, embajadores y cónsules tuvieron que haber empezado inmediatamente a explicarle a todos los representantes de naciones los fundamentos que tendrían las eventuales repatriaciones que serian inevitables debido a la política migratoria que el país con toda libertad iba a adoptar. Pero en vez de hacer esto, el gobierno y cuerpo diplomático ignoraron las consecuencias que podía traer para la imagen del país si estas repatriaciones no se manejaban de la forma correcta y han decidido actuar ahora dos años después de la sentencia 168-13 y justo cuando se acaba el Plan de Regularización y las repatriaciones deben comenzar.
Este comportamiento irresponsable y inconsciente le ha traído al país una oleada de criticas que muy bien pudieron ser evitadas si se le prestaba la debida atención a este problema de gran importancia nacional. Hay un famoso refrán que dice que “ camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y la verdad es que nuestro gobierno ha estado dormitando por dos años y ahora es que se ha decidido a hacer su trabajo.
Nuestro gobierno ha criticado la actitud de muchos haitianos que durante el Plan de Regularización el cual duro un total de 18 meses muchos decidieron actuar y sacar sus papeles al final. Pero la verdad es que nuestro gobierno ha tenido el mismo comportamiento y es al final de todo este proceso que ha decidido explicarle al mundo las razones por la cual se llevaran a cabo las repatriaciones.
El gobierno y el cuerpo diplomático dominicano tienen que despertar y defender con firmeza la soberanía de nuestro país. Tenemos que ser realistas y afrontar esta situación con la firmeza que se necesita ya que la soberanía de nuestro país no puede estar en juego. Como dicen las letras de nuestro himno nacional:
“Donde el genio de Sánchez y Duarte a ser libre o morir enseño”.