Nueva York.-Cuando Pedro Santana acusó a los trinitarios de “traidores”, tenía planeado asesinar la nación con la anexión. Usando esa parte de nuestra historia como referente fundamental, vemos que la república enfrenta  serios peligros.

Los que hoy usan recursos del poder para desacreditar como “traidores” a quienes disentimos de sus políticas pre-jurásicas, racistas y neonazistas, como Santana, nos distraen.

El mismo anti-haitianismo que llevó a Leonel Fernández a la presidencia en el 1996 y lo rescató de la impopularidad en el 2006 se enarbola otra vez.

Porque el ex Partido de la “Liberación” Dominicana, degenerado en una asociación de malhechores gobernantes, decidió que retendrá el poder a sangre y fuego si fuere necesario.

Ellos saben que Joaquín Balaguer no pudo gobernar más de 12 años porque ningún pueblo lo resiste.  Los billones de Mike Bloomberg no lo libraron del desprecio de los neoyorquinos después de 12 años como alcalde.

Santana usó la “traición” para esconder su plan anexionista y los peledeístas la usan escondiendo su plan continuista.

El anti-haitianismo moderno es innegablemente nazi, un hijo de inmigrantes árabes, gran admirador de Hitler, que odiaba con pasión a judíos y haitianos, inició la matanza de 1937.

El capitán Boy Frappier, tío de la reclusa Mary Peláez Frappier y del rector magnífico de la UCE, José Emeterio Hazim Frappier, luego dirigía la Juventud Nazi Dominicana.

Los dominicanos que escondieron y protegieron a los haitianos de la matanza nazi-trujillista del 37 “traicionaron la patria”.

Rechazar el anti-haitianismo “traiciona”, el plan continuista santanista-trujillista-nacista-leonelista.

Los “patriotas” neoyorquinos, nacionalistas radicales que piden “muerte a los traidores”, son botellas leonelsitas cobrando hasta $7.000 mensuales.

Atentar contra sus ingresos, se entiende, “traiciona” la patria.  Manipular una asquerosa mezcla de nativismo y racismo que laman “nacionalismo”, les resultó en el 96 y el 2006, ¿resultará otra vez?