Balcácer: De prestigioso historiador a panfletero clerical y sastre (4) (continuación)

<<Cuando las razones son débiles, los afectos son los que gobiernan>> Gibert.

Incapaz de demostrar que “Duarte nunca fue excomulgado”, Balcácer, en vez de rebatir el asunto medular que nos ocupa y demostrar que la sentencia de excomunión de Duarte no era latae sino ferendae, es decir abundar sobre el aspecto técnico jurídico del canon con el que se excomulgó automáticamente a Duarte mediante “Latae sententiae ipso facto incurrenda” como establecía el canon de entonces, el personaje de marras se ve obligado a tomar la tangente y a recurrir a más engaños.

En este caso, adoptando dos de los más desacreditados sofismas: el Sofisma de la Falsa Causa y el Sofisma Patético… dentro de esa gran Falacia Fractal que constituye su opúsculo al exhibir la misma falsa geometría dialéctica a cualquier nivel de resolución óptica que lo observemos.

Sabemos que: <<Una falacia o sofisma es un patrón de razonamiento no válido o incorrecto pero con apariencia de razonamiento correcto. Es un razonamiento engañoso o erróneo (falaz), pero que pretende ser convincente o persuasivo >>

Podríamos exculparlo pero nos es difícil creer que Balcácer sea un ignorante de estas cuestiones, pues utiliza las falacias como un maestro de la burla y el menosprecio a la inteligencia del lector, esencialmente a la de sus creyentes católicos.

Pero veamos sus “argumentos”, la expresión escrita de sus razonamientos.

Mentira #5

Mediante el Sofisma de la Falsa Causa, el sofista trata de establecer un falso vínculo entre dos eventos, maliciosamente, sin observar los requisitos de la lógica formal y sin llegar siquiera a formular su tesis de forma legible por saberla insostenible.

Balcácer emplea este artificio de la Falsa Causa cuando desarrolla el tema: “Portes y la familia Duarte”, a partir de la página 33 de su opúsculo, tratando de transmitir la falsa tesis secundaria de que: era imposible que el prelado dictara la excomunión del Patricio por existir estrecha amistad entre la familia de Duarte y Portes.

El engaño consiste en no plantear ni enunciar su tesis directamente, limitándose a “difundir la idea” de la amistad entre Portes y la familia de Duarte, mediante anécdotas, para que el incauto lector sea quien establezca el falso vínculo entre la causa (amistad) y el efecto (no excomunión).

Ejecuta un doble engaño: por una parte abandona los principios de la lógica formal que debe tener toda exposición académica y por otra parte mantiene tras el telón su alocada tesis de que: “Portes no pudo excomulgar a Duarte porque existía una amistad familiar”.

Con esta tesis que oculta, Balcácer procura establecer un falso vínculo entre causa y efecto, “sugiriéndonos” que la amistad familiar (la causa) constituía para Portes un impedimento moral y que por ello él jamás llegaría a dictar la excomunión de Duarte (el efecto). Lo que tipifica claramente su pecado; el sofisma de la Falsa Causa. Pasemos entonces a la mentira 6…

Mentira # 6

El Sofisma Patético o chantaje emocional

Por otro lado, al plantear el aspecto puramente emocional de la tierna amistad que unía a Portes con Duarte, la que titula “Portes y la familia de Duarte”, ha de recurrir al conocido Sofisma Patético, el que, en vez de apelar al Logos (la razón), apela al Pathos (la emoción), para maliciosamente tratar de sustentar su tesis sobre este movedizo y subjetivo elemento emocional que rehúye de todo argumento lógico.

Es el más vulgar, utilizado por todo malvado que sabe lo imposible de sostener con la razón sus argumentos.

Carente de argumentos sólidos, el engañifa debe apelar a medios de persuasión “no argumentativos” para sostener su punto de vista, debe incursionar en el campo de las emociones de los lectores para alejarlo del pensamiento lógico y crítico y ponerlo a creer, en este caso, que el tierno Portes, por amistad, era incapaz de excomulgar a Duarte.

Dicho de otro modo Balcácer nos plantea ¿Y por qué lo iba a excomulgar si eran amigos?

Balcácer se vale de este sofisma para suscitar respuestas irracionales, porque sabe que a la mayoría de las gentes les es más fácil dejarse llevar por los sentimientos que pensar críticamente.

Debe provocar la “emoción y la ternura” en el corazón de sus lectores, plenamente consiente de que la emoción obnubila la razón. Es la falacia favorita del clero, para manipular a sus creyentes. Su uso desdice mucho de la integridad profesional de quien lo emplea y pone bajo sospecha sus planteamientos, pues, carente de solidos argumentos, debe apelar a la relación familiar que existía entre la familia de Duarte con el vicario Portes para que el lector se conmueva.

Carece de toda lógica, porque, una supuesta familiaridad no necesariamente elimina las diferencias ideológicas entre personas. Balcácer sabe que: La causa que mueve a Portes a excomulgar a Duarte se encuentra en los intereses políticos, en que Santana era su aliado y que Duarte, como enemigo de su Iglesia, debía ser desacreditarlo, señalado como hereje y enemigo de Dios, por trastornar los planes anexionistas de la Iglesia.

Balcácer sabe que, al invocar estos lazos de familiaridad, el lector podría entender que, por se amigo de la familia Portes sería incapaz de excomulgar a Duarte. Y, para influir en sus emociones, trae a colación en su escrito otros “episodios emocionales” anecdotarios donde señala que Portes, no solo pidió a Santana suspender la orden del exilio de la madre de Duarte y la familia ( que no impidió), sino que lo recibió en el puerto de Santo Domingo aquel 15 de marzo diciéndole “¡Salve, al Padre de la Patria! ”, cosa que él muy bien sabe sucedió en un momento político, en una fecha, que el mismo Balcácer establece y declara como de rompimiento  “ total e irreversible”, irreconciliable entre Duarte y Portes.

Pero para quien conoce la Historia, no así al ignorante, este episodio del puerto, lejos de beneficiar a Portes, lo presenta como un verdadero hipócrita que, odiando a Duarte, pero sospechando que todavía podía triunfar y tomar  el poder de la nueva República, decide adularlo para nadar entre las dos aguas, con Dios y con el Diablo, esperando los resultados de la lucha que se veía venir entre masones liberales y conservadores anexionistas, es decir, que el vicario actuaba como un descarado oportunista pues, para esa fecha ya Portes se había declarado públicamente a favor de Santana y de la anexión( como lo afirma el propio Balcácer). Entonces ¿Qué buscaba Portes alabando al Patricio?

Sin embargo, el descarado vicario tomó la palabra en el puerto, actuando como si fuese un sacerdote duartista y mintiéndole a todos como un vil engañifa y exclamándole a Duarte ¡Salve, al padre de la Patria! …

Notas y comentarios al margen:

Sobre la veracidad de los datos presentados

Como vimos, el hecho de qué si hubo o no relación cercana entre Portes y la familia de Duarte resulta intrascendente para establecer una relación de causa y efecto con la excomunión del patricio. Esto, a razón de que no son eventos necesariamente vinculantes por causa y efecto, sin embargo resulta gracioso examinar, a modo ilustrativo, lo que Balcácer sabe inútil y sin embargo presenta como sus “válidos argumentos familiares”, los falaces argumentos patéticos o emotivos que utiliza para arrancar una adhesión emocional- y no racional- de sus lectores, para reclutarlos a favor de la causa clerical que hoy, al verse en descubierto, lo atribula y mortifica.

Veamos un listado de lo que afirma Balcácer:

a) Que en 1838 el vicario Portes estuvo vinculado al movimiento separatista clandestino.

b) Que Portes tenía vínculos cércanos con jóvenes de la sociedad secreta.

c) Que con el tiempo Portes optó por la anexión o el protectorado. ( Ver pág. 34)

d) Que desde 1843 no ocultó sus simpatías a favor de los conservadores y se opuso abiertamente contra la doctrina liberal y nacionalista preconizada por Duarte (Pág. 35)

e) Que entre marzo de 1843 y el primer semestre de 1844 los liberales independentistas y los conservadores anexionistas (los de Portes) escenificaron agudos enfrentamientos a fin de tomar el poder político.

f) Que a pesar de “las diferencias políticas sectoriales o de clase que distanciaban a los liberales de los conservadores, entre Portes y la familia Duarte –Diez existió una relación cordial y cercana que se mantuvo invariable durante años” (Pág. 36)

g) Que Rosa Duarte dice en su diario que “la generalidad de las personas creía que Portes era uno de los padrinos de Duarte.

f) Que el 15 de marzo de 1844 “Portes encabezó el grupo de admiradores de Duarte que junto a la comisión oficial del Gobierno y otras personalidades recibieron al patricio en el puerto de Santo Domingo.

g) Que Portes lo recibió en puerto diciéndole “!Salve , al padre de la Patria!”.

h) Que Portes trató de disuadir a “los muchachos” trinitarios para que moderaran sus posiciones radicales, sin lograrlo.

i) Que el 26 de mayo de 1844, en medio de una asamblea convocada por la Junta Central Gubernativa Portes cerró filas con Santana, distanciándose aun más en el terreno político (p.37)

j) Que las relaciones entre conservadores y liberales se convirtieron en irreconciliables.

k) Que desde entonces hubo una “bestial arremetida de Santana contra Duarte y compañeros como el contenido político y admonitorio de la primera Carta Pastoral del vicario Portes, <<cuya buena fe había sido explotada>> bajo el mefítico influjo de Tomas Bobadilla (P 38. El juicio “Cuya buena fe había sido explotada” es cita de Balaguer)

l) Que Portes y otro fiel amigo de la familia fueron donde Santana a pedir clemencia por la viuda Duarte y sus hijas para que no las expatriaran.

Comentarios:

<<Toda explicación a medias se convierte en mentira>>

Por lo menos, ya desde 1840 Portes se definía públicamente a favor de la anexión o del protectorado y no en 1843 como pretende decir Balcácer. Es mas, se sabe que su decisión era mucho más anterior a esa fecha de 1840. Además los trinitarios representaban intereses e ideologías liberales que, desde siempre y de raíz, eran irreconciliables con la ideología absolutista de la Iglesia. Recordemos los símbolos masónicos anticlericales que puso Duarte en el primer escudo nacional (el Gorro Frigio y la Serpiente masónica).

Ya vimos en artículo anterior cómo la Iglesia le temía enormemente a un gobierno liberal de Duarte y Portes no asumía posiciones superficiales del momento, ya desde 1833 el cura tenía plena conciencia de que los liberales masones eran enemigos de la Iglesia, su oposición a Duarte obedecía a visiones políticas fundamentales que debía asumir la iglesia imperativamente en contra de toda ideología liberal masónica, no solo en dominicana sino en toda América y Portes era el máximo representante de su monarca y papa, recibiendo instrucciones políticas directas de Roma, obligado a cumplirlas.

Es penoso observar la forma en que Balcácer se abstiene de tocar el contexto histórico político e ideológico mundial que por entonces enfrentaba la ideología liberal con la monárquica conservadora de la Iglesia; pero lo hace a propósito, para  presentarnos a un Portes que, supuestamente ignorante de la política de sus Estados Pontificios, actúa como una veleta, pasando de liberal o conservador, una veces amigo de los trinitarios liberales y otras veces con los conservadores, sabiendo Balcácer que, desde siempre, su Iglesia le ordenaba a Portes atacar a  Duarte, a los masones liberales, que desde siempre permanecieron excomulgados por las bulas papales, latae sententiae ipso facto incurrenda.

Por otro lado, se sabe que Rosa Duarte era ligera en sus afirmaciones, pues hasta llegó a afirmar en sus escritos que hubo un cura fundador de la Trinitaria, cosa que ha quedado desmentida. Y la pone a decir que “se comentaba que “Portes era padrino de Duarte sabiéndola ligera ¡Cuánta ternura!

Como vimos, Duarte era Masón y como Masón estaba de hecho ya excomulgado por el papado ( por bula) mucho antes de producirse la Carta Pastoral excomulgatoria de Portes, la de aquel 24 de julio de 1844, para entonces tenía más de un lustro siendo masón, por lo tanto estaba ya excomulgado: sin juicio previo: latae sententiae ipso facto incurrenda . La de Portes fue su segunda excomunión. ¿Cómo se atreve a afirmar entonces que “Duarte ‘nunca’ fue excomulgado”, sabiéndolo masón excomulgado? Indudablemente se hace el Chivo Loco.

Pero lo mas increíble es que, en su obcecación, Balcácer presenta a Portes como un villano desalmado, (peor que ignorante, como lo llamó Sáez), pues, para él los “lazos familiares sagrados”, el concepto de “lazos familiares” y “moral familiar” que tenía Portes era muy acomodaticia y variable, porque, si Portes pidió clemencia por la viuda Duarte ¿por qué enmudeció y no pidió clemencia alguna cuando se enteró que Santana había dictado orden de fusilar a su amado patricio Duarte?  Se sabe que, en vez de ser Portes el que pidiera salvar a Duarte del paredón, fueron otros los que intervinieron, como el judío Cohen y no el importante Vicario Tomas de Portes e Infante, el que se mantuvo totalmente callado a pesar de ser un “protector” de la familia de Duarte ¿Dónde el cariño? ¿Dónde la familiaridad de Portes con los Duarte? ¿Acaso lo prefería muerto?

Frente al anuncio de Santana de fusilar a Duarte ¿Acaso guardaría silencio absoluto un amigo de la familia, el más influyente socio político de Santana, el que supuestamente llevaba una “relación cordial y cercana que se mantuvo invariable durante años” con la familia Duarte-Diez?

Si tanto lo amaba ¿Acaso no sabía Portes que el contenido político de su Carta Pastoral ponía en gran peligro la vida del hijo más querido de la viuda Diez de Duarte?

¡Déjese de pendejadas don Balcácer que aquí nadie se chupa el dedo!

No existía tal familiaridad, y si algo existió fue una falsa e hipócrita amistad de Portes hacia los Duarte, como lo demostraron los hechos: Ningún resultado a favor de Duarte y sí muchas acciones políticas y persecuciones en contra, apañadas por Portes…Las relaciones con el clero eran comunes y anecdóticas: bautizos, matrimonios, padrinos, madrinas, profesores, conversaciones nada especial, cosas propias de todas las familias de entonces con su clero…déjese de pendejadas.

Aunque creo que ni los mismos curas le agradecerán el haber dejado tantas huellas de mentiras en este panfleto que, como sastre clerical y a la medida, le ordenó confeccionar su encopetado cardenal, el antípoda criollo del Papa Francisco que acaba de anunciar que apoya al Estado Laico y que fustiga a los obispos principescos .

Sin embargo, ignoramos si, el hecho de que sus compañeros de Número le llamen “Adalid del Clero” se debe, entre otras cosas, a que el destino le haya guardado el gran honor de ocupar el “Sillón M” ( Aclarando que la “M” no es de aquello) de la Academia Dominicana de la Historia, lo que, a decir por la fidelidad que usted muestra hacia su amada Iglesia, quizás fue ocupado alguna vez por algún connotado prelado fallecido… al que usted, por la vehemencia católica que muestra, de seguro ha reencarnado para tomar su misión opudeista, para cumplir con el papel de aventajado Adalid del Clero que usted tan eminentemente desempeña, aunque lo niegue, pues dice Jesucristo que más que por palabras: “Por sus hechos los conoceréis”. Pues, el opúsculo que ha obrado ha aportado las pruebas que le consagran como un absoluto e indiscutible Adalid del Clero, como un futuro y distinguido habitante del Paraíso Católico.